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Actualizado: 20 de junio de 2025
Ademas de los 42 bellos altares de la circunferencia, cada uno de los cuales está cuajado de obras maestras de arte, el altar mayor, todo de bronce dorado al fuego, es de una magnificencia y finura prodigiosas. La Biblioteca es una de las joyas mas valiosas del Escorial. Toda la techumbre de la Biblioteca contiene bellos frescos, y de los muros penden algunos retratos históricos muy estimables.
HUEVO HELADO. Se baten muy bien las yemas que se quiera, con una cucharada de azúcar por cada yema; se baten las claras a punto de nieve y se incorporan a las yemas, agregando un poco de vainilla; se pone a helar, y cuando está cuajado se sirve. BISCUIT DE COCO. Para diez claras de huevo, media libra de azucarillos, medio cuartillo de nata y poco más de un cuarterón, cien gramos, de coco rallado.
Ya me envían una torta de bizcocho, ya un cuajado, ya una pirámide de piñonate, ya un tarro de almíbar. Los obsequios que me hacen no son sólo estos presentes enviados a casa, sino que también me han convidado a comer tres o cuatro personas de las más importantes del lugar. Mañana como en casa de la famosa Pepita Jiménez, de quien Vd. habrá oído hablar sin duda alguna.
¡Cuántas horas no habré pasado en la hamaca contemplando el mar, claro o tempestuoso, verde o azul, rojo en el crepúsculo, plateado a luz de la luna y lleno de misterio bajo el cielo cuajado de estrellas! Tengo que hablar de mí mismo: en unas memorias es inevitable.
En vano fué que Lope hubiera cuajado de íntimos rasgos autobiográficos gran parte de sus obras, hasta el punto de que muchas de sus poesías no son otra cosa que un comentario lírico a sucesos de su vida: el amañado y artificioso retrato trazado por el autor del Para todos en las páginas del libro que queda citado arriba, en el cual, bajo la exuberancia de apologéticos ornamentos, trata de encubrirse, y aun desmentirse, lo que no parecía decoroso se supiera de las flaquezas y pecados del poeta, tuvo que ser tradicionalmente recibido como vera efigies de Lope de Vega.
El discurso de don Luis prometía estar cuajado de datos interesantes y ser denunciador de graves contradicciones en el criterio y conducta de sus adversarios: el escribiente no podía dar al senador la elocuencia de que éste carecía; pero, al menos, iba a ponerle en disposición de causar efecto con la oportunidad de los recuerdos que despertase.
Uno de sus hundidos ojuelos verdes relucía felinamente; el otro, inmóvil y cubierto con gruesa nube blanca, semejaba hecho de cristal cuajado. Abriendo Barbacana el cajón de su pupitre, sacaba de él dos enormes pistolas de arzón, prehistóricas sin duda, y las reconocía para cerciorarse de que estaban cargadas. Mirando al aparecido fijamente, pareció ofrecérselas con leve enarcamiento de cejas.
De repente creyó la joven haber oído un ligero ruido en los cristales de la ventana, y escuchó, creyendo que, acaso, algún murciélago había rozado el vidrio con las alas. Un instante después, se renovó el mismo ruido, que pareció como de fino granizo que hirióse los cristales. Herminia miró al exterior; la noche estaba hermosa y el cielo cuajado de estrellas.
Las armas de la familia estaban bordadas, a uno y otro lado, con sedas multicolores, sobre el terciopelo turquí, y, en toda la tela, el aljófar perlaba como cuajado rocío los arabescos de plata y de oro. Ante aquel precioso jaez, el mayorazgo olvidó un momento a las personas que le rodeaban y pareciole verlo recubriendo su caballo valenzuela.
Busquemos, pues, a la genuina cordobesa donde no tengamos necesidad de profundizar o de eliminar para hallarla: busquémosla en la lugareña, ya sea rica, ya pobre; ya señora, ya criada. La lugareña es en extremo hacendosa. Por pobre que sea, tiene la casa saltando de limpia. Los suelos, de losa de mármol, de ladrillo o de yeso cuajado, parecen bruñidos a fuerza de aljofifa.
Palabra del Dia
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