Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 2 de julio de 2025
Algún sociable, semejante a ligera canoa, corría arrastrado por su gallardo tronco de jacas bien iguales, bien lustrosas de pelo y lucias de cascos, y ufano de su elegante tripulación; entreveíanse un instante anchas pamelas de paja muy florecidas de filas y amapolas, trajes claros, encajes y cintas, sombrillas de percal de gayos colorines, rostros alegres, con la alegría del buen tono, que está siempre a diapasón más bajo que la de la gente llana.
De una mirada abarcó Leonora su frente espaciosa y abombada, que parecía pesar sobre todo su cuerpo como un cofre de marfil cargado de misteriosas riquezas; los ojos glaucos e imperiosos brillando con la frialdad azul del acero bajo el pabellón de las pobladas cejas, y la nariz arrogante, fuerte como el pico de un ave de combate, buscando por encima de la hundida boca la mandíbula sensual y robusta encuadrada por una barba gris que corría por el cuello arrugado y de tirantes tendones.
Las lágrimas me nublaban los ojos; pero corría, corría cada vez con más furor, y sin saber cómo ni de qué manera, me encontré delante de su casa.
Más a la izquierda, asomando solo la cabeza sobre las azoteas del caserío de la ciudad, veíase también la Torre de Plata, con su blanca corona de almenas. Más allá, el palacio de San Telmo, envuelto en la masa verde de sus naranjos, asomando las agujas de sus torrecillas de pizarra. El Guadalquivir corría bajo mis pies.
Y llegó el momento aciago en que había de sufrir el primer castigo, en que había de comenzar a descender la cuesta de la vida, por amar a su patria, ser hombre, y negarse al serrallo. Corría el año de 1869. Era el 4 de octubre.
El muchacho berreaba y corría de un lado a otro llamando a su padre. «¡Otro a quien han engañado!», decían los dependientes desde sus mostradores, adivinando lo ocurrido; y nunca faltaba un comerciante generoso que, por ser de la tierra y recordando los principios de su carrera, tomase bajo su protección al abandonado y lo metiese en su casa, aunque no le faltase criadico.
En Carora dejó de picarles la retaguardia, y despues de guarnecer esta poblacion, asi como tambien la de Barquisimeto, se retiró á Carácas, donde corria la noticia de la llegada de Miranda al territorio venezolano.
6.ª Que considerado el peligro que corría su vida por la persecución del Rey de España, se pondrían á su disposición algunos suizos de la guardia real. 7.ª Que si llegara á tratarse de paces entre Francia y España, se había de procurar la libertad de su mujer é hijos, así como lo acostumbrado respecto á bienes de vasallos retenidos por otro Príncipe.
Cuando jugaban en el jardincillo era ella la que corría a traer la guija para la honda o la vara de la improvisada ballesta, mientras él esperaba tieso y señoril.
Advertíase, no obstante, cierta agitación en aquella alegría. Sus movimientos eran demasiado vivos y resueltos, como si tratase de ocultar el leve temblor de sus manos y el estremecimiento que corría por todo su cuerpo. ¿Era un estremecimiento de placer? ¡Oh, sí, María sentía un inmenso placer!
Palabra del Dia
Otros Mirando