United States or Guinea-Bissau ? Vote for the TOP Country of the Week !


Esto me lo dice mi razón, amigo Ballester, mi razón, que hoy, gracias a Dios, vuelve a iluminarme como un faro espléndido. ¿No lo ve usted?... ¿pero no lo ve?... Porque el que sostenga ahora que estoy loco es el que lo está verdaderamente, y si alguien me lo dice en mi cara, ¡vive Cristo, por la santísima uña de Dios!, que me la ha de pagar». Nadie le contradice a usted.

Así como la extension del espacio no habria menester de otra extension, del mismo modo la extension de los cuerpos no necesitará el espacio: no hay ninguna diferencia entre los dos casos; luego la necesidad de un lugar para toda extension, es una cosa imaginaria que la razon contradice.

Ya hemos visto cómo hace alarde de su erudición sobre el antiguo drama; después continúa así: «Porque veáis que me pedís que escriba Arte de hacer comedias en España, Donde cuanto se escribe es contra el arte; Y que decir cómo serán ahora Contra el antiguo, y que en razón se funda, Es pedir parecer á mi experiencia, No el arte, porque el arte verdad dice, Que el ignorante vulgo contradice.

Nada nos parece más injusto. Goethe no era resuelto panteísta; pero, si en alguna obra suya se inclina al panteísmo, no es por cierto en el FAUSTO, donde más bien le contradice. Es verdad que para afirmar esto debemos dar por sentado que entendemos la segunda parte, y es opinión muy común que nadie la entiende.

Añadiendo que desde ahora contradice una y muchas veces el que los españoles, que hubiesen de entrar á abrir el camino y poblar la ciudad de Osorno, hagan á los indios el mas leve daño, ni les tomen cosa ninguna de sus bienes, haciendas, ganados ni frutos, sin que primero se les pague, y satisfaccion equivalente: procurando que las compras y rescates sean á su voluntad y entera libertad; y pide que sean castigados aquellos que les hicieren mal tratamiento ó daño, como expresamente lo previene la ley 8.ª del antedicho título y libro de las Recopiladas de estos reinos.

Por último, los entreactos, sin ser tan largos como ahora suelen ser, no deben ser tan cortos como en Alemania, donde no hay tiempo para ver y hablar á las damas bien vestidas y guapas, ni para discurrir sobre el drama que se está viendo, de todo lo cual resulta, á pesar del primor y lujo del espectáculo, algo de apresurado, y de poco ameno que contradice el título de diversiones públicas con que calificamos las del teatro.

Lisardo, uno de sus caballeros, es de la misma opinión; pero Roberto la contradice ardorosamente, alabándose de guardar tan bien á su hermana Diana, que ningún caballero logrará nunca llegar hasta ella.

Nos cuenta, sin embargo, contradiciéndose, que el Sr. don Emilio Castelar le dió un almuerzo suculentísimo, en el que se sirvieron diecisiete platos, sin contar los postres, que serían, probablemente, cuarenta ó cincuenta, todo ello, para que no se atragantase, remojado con los mejores vinos españoles. Pues qué ¿quería más el Sr. Taylor? También se contradice al hablar de los clubs ó casinos.

Esta la necesitamos muchas veces, porque pensamos solo muy confusamente lo que se halla en el concepto que ya tenemos, y hasta sucede que no lo pensemos de ningun modo. A cada paso estamos viendo que una persona dice una cosa y sin notarlo se contradice luego, por no advertir que lo que añade se opone á lo mismo que habia dicho.

Así se ha de atender el estilo, la fuerza de la imaginacion, la rectitud de juicio del Autor, se ha de saber en qué tiempo vivió, y se ha de notar si se contradice en cosas de importancia, ó habla de cosas posteriores á su tiempo, porque con todas estas prevenciones se podrán bastantemente distinguir los escritos que sean legítimos, y los que sean falsamente atribuidos.