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Actualizado: 4 de julio de 2025
Ved que esas tres cosas engañan. Estoy seguro de que es una divinidad. Se me os perdéis, Juan, se me os perdéis, y lo siento. Idos de la corte, amigo mío, porque si apenas habéis entrado habéis caído, á poco más sois hombre enterrado. Creedme, Juan, veníos conmigo á una hostería y dejáos de tapadas, que no contentas con haberos matado os piden hombres muertos.
Piensa tú, Pepa, que no estará muy lejos de nosotras; piensa que vendrá frecuentemente, y considera que aquí, con Castro Pérez, no hará nada. Te irás, Rodolfo, te irás, y nos quedaremos muy contentas. No hablemos más. Vístete, que como te veo te juzgo, vístete y vete a la casa de Fernández. No saldrás descontento, es una persona muy fina. ¿No es verdad, Pepa? Así lo haré, tía.
No sé por qué el tío Manolillo tiene conmigo de algunos meses á esta parte chanzas que me inquietan. ¡Bah! ¡bah! yo recelo de todo... no hay motivo... están contentas... ella cada día más cariñosa... mi hija cada vez más empeñada en ser monja... Afuera, afuera sospechas infundadas... una sola noche... ¿qué ha de suceder en pocas horas?
Se mostraba contentísima la buena señora e iba diciendo por todas partes: ¿Ya saben ustedes? ¿No lo saben? ¡Estamos muy contentas! Rodolfita está colocado en el bufete del señor don Juan. ¡Ahora sí que se acabaron las penas y las dificultades! ¡Ya el sobrino tiene un buen sueldo, y, si Dios quiere, me quitaré de lidiar con la chiquillería! Pero la enferma veía las cosas de otro modo.
Sí, señor; justamente.... En Cebre he dejado la diligencia y me dieron esta caballería, que tiene unos arreos, que vaya todo por Dios.... El señor de la Lage, tan bueno, y con el humor aquél de siempre.... Hace reír a las piedras.... Y guapote, para su edad.... Estoy reparando que si fuese su señor papá de usted, no se le parecería más.... Las señoritas, muy bien, muy contentas y muy saludables.... Del señorito, que está en Segovia, buenas noticias.
Cada uno tiene las mugeres que pueda comprar, y viéndose aburrido de ellas las rende á otros; y si llegan á tomar algunas cautivas, luego que llegan á sus toldos se casan con ellas: y si dichas cautivas, mas que sean indias, no van contentas, luego las lancean y las arrojan del caballo, y aunque estén medias vivas, las dejan.
Muchas mujeres de título, decepcionadas y cansadas del mundo, a menudo jóvenes y bellas, cambiarían contentas sus posiciones con las hijas del pueblo, cuya existencia, aun cuando de duro trabajo, está, sin embargo, llena de inocentes placeres y de tanta felicidad como es posible obtener en nuestro mundo de lucha. Esta afirmación podrá parecer extraña, pero declaro que es verdadera.
¡Qué feliz sería yo dijo si no me cercasen y me rodeasen y me amargasen la vida, tantos negocios y tantos enredos! ¡y si no, cuán felices y cuán contentas están mi mujer y mi hija!... es necesario dar un corte á esto; soy rico, á Dios gracias, y debo retirarme y descansar. Abre, Inesita, hija mía dijo llegando á una puerta.
Las tres se me han casado: dos de ellas comen y están en carrera... eso es... La tercera anda algo atrasadilla de recursos, es verdad; pero ¡qué caray! es honrado y mozo su marido... por lo más obscuro amanece a lo mejor... eso es... y Dios no falta nunca a los buenos... Eso las digo yo a cada paso: vea usted; y tan contentas... eso es... y contento yo también, sí, señor, bastante contento; porque otra cosa no sería regular... Eso es.
M. Scott opuso alguna resistencia. Si yo no estoy aquí decía, y vengo sólo dos o tres meses del año a América, para vigilar nuestros intereses, las rentas disminuirán. ¡Qué importa! respondía Zuzie, somos ricos, demasiado ricos... Partamos, os ruego. ¡Estaremos tan contentas, seremos tan felices allá!
Palabra del Dia
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