United States or Mauritania ? Vote for the TOP Country of the Week !


Un cerdo, de rato en rato, pasa gruñendo; calla, se detiene y hociquea en las aguas sucias un momento; gruñe de nuevo y avanza otra vez con un corto trotecillo nervioso... Desemboco en una anchurosa plaza formada por viviendas terreras y tapias de corrales, cerrada por la enorme masa rojiza de un convento. Me siento en una piedra y contemplo un instante el vetusto monasterio.

La contempló Narcisa, ceñuda, como indagando de dónde había sacado «aquello»; pero ella se apresuró a depositar el tesoro en los hondos bolsillos de Andrés, prometiéndole: Ya te daré más..., mucho más.... Andrés se olvidó de Carmencita.

La que tendrá usted de ... sin duda me desprecia, me considera indigna de usted... Y tiene razón prosiguió vivamente; yo me veo tal como soy, me conozco... y quisiera, si esto fuera posible, no volver a tener por qué sonrojarme a los ojos de usted y a los míos. El Conde la contempló un instante con asombro, y le dijo: La obedeceré, querida niña; haré lo que desea.

Su hermana le contempló un instante movida de un sentimiento extraño en que se combinaban el cariño y el terror. Iba a darle un beso; pero cuando ya casi le tocaba con sus labios, se apartó diciendo: «Temo que se despierte y me pida lo que no puedo darle». Capítulo XV Mariano promete

Salió al claustro, y puesto de codos en la barandilla contempló el jardín. Las Claverías parecían desiertas. Los niños que las animaban al comenzar el día estaban en la escuela; las mujeres, dentro de sus casas, preparaban la comida. En todo el claustro no había otra persona que él.

Allí contempló otro rostro, el de un hombre ya entrado en años, pálido, delgado, con fisonomía de quien se ha dedicado al estudio, ojos turbios y fatigados por la lámpara á cuya luz leyó tanto ponderoso volumen y meditó sobre ellos. Sin embargo, esos mismos fatigados ojos tenían un poder extraño y penetrante cuando el que los poseía deseaba leer en las conciencias humanas.

Voy á dar noticia de algunos detalles, procurando apartar la vista de otras muchas bellezas, porque cualquiera pincelada de ese lienzo vale un buen cuadro. Yo que los ojos de la figura que contemplo son bellísimos, y sin embargo, ¡portento que asombra! no sabria decir qué color tienen. Y ¿en qué consiste esto? dirá algun lector.

Zalacaín la contempló absorto y luego abrió la puerta de la casa, la cerró despacio y, al encontrarse en la calle, se vió con un espectáculo inesperado. Bautista discutía a gritos con tres hombres armados, que no parecían tener para él muy buenas disposiciones. ¿Qué pasa? preguntó Martín.

Y sin pérdida de tiempo se introdujo en el palomar. ¡Desdichado! La traición le acechaba. Apenas puso allí la planta, un pesado garrote con furia manejado le hizo pagar cara su osadía. El criminal comenzó a arrastrarse por el suelo dando mayidos bien lastimeros. Su feroz agresor le contempló estupefacto con ojos extraviados, los brazos caídos y respirando anhelante.

Sólo entonces se convenció de que estaba herido. Sus ojos perdieron la limpieza de su visión. Contempló doble la torre, luego triple, después toda una cortina de cubos de piedra que se extendía por la costa hundiéndose mar adentro. Esparcióse un gusto acre por su paladar y sus labios.