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Actualizado: 20 de noviembre de 2025
Vive usted en la gloria y no comprende cómo nos retorcemos y nos achicharramos y aun blasfemamos los condenados en este infierno de Madrid... ¡Las cosas que a mí se me ocurren...! En un caso como este, no se asuste usted y créame lo que le digo... en un caso como este, me figuro que sería capaz hasta de apropiarme lo ajeno... se entiende con propósito de devolver. ¡Ay!
Del mismo modo que ella para librarse de las persecuciones iba vestida de mujer, su amante había abandonado el traje femenil, imitando la semidesnudez de los atletas condenados á las faenas rudas. La suciedad propia de su estado le servía para disimular su rostro.
Sus nueve compañeros se examinaban de diez en diez para ser más pronto despachados, no tuvieron la misma suerte y fueron condenados á repetir el año de embrutecimiento. Al segundo, habiendo ganado una enorme suma el gallo que cuidaba, recibió buena propina de Cpn. Tiago y la invirtió inmediatamente en la compra de unos zapatos y de un sombrero de fieltro.
En cuanto al producto del trabajo, el sistema es análogo al de la Casa de Detencion, pero una parte se destina á socorrer, si son pobres, á los hijos, padres, ó consorte del recluso. La Penitenciaria sirve solo para los condenados, por crímenes ó delitos graves, á mas de un año de reclusion celular.
-Esto digo yo también -dijo el cura-, y a fee que no se pase el día de mañana sin que dellos no se haga acto público y sean condenados al fuego, porque no den ocasión a quien los leyere de hacer lo que mi buen amigo debe de haber hecho.
Iba a estallar su furibunda cólera; pero aún era mayor el caudal de su prudencia que el caudal de su enojo...; se contuvo y cerró otra vez los ojos, ya que no podía cerrar los oídos. Después siguió el mancebo me preguntaron si mis hermanas usaban navaja, si tocaban la guitarra, si iban a los toros y si yo era familiar de la Inquisición. ¡Cómo se reían aquellos condenados!
Uno de los condenados el que tenía largos cabellos rubios y llevaba las vestiduras rotas y ensangrentadas tropezó en una piedra que le habían tirado y cayó. Redobló sus gritos la multitud, que parecía un mar agitado cubriendo con sus olas la superficie de un islote. Ben-Tovit, de repente, sintió tal dolor, que se estremeció, como si alguien le hubiera horadado la muela con una aguja.
Vivía como los lasquenetes mercenarios condenados a la muerte, que, en unas cuantas noches de orgía pantagruélica, devoraban el precio de su sangre.
"Item, habiendo considerado que esta secta infernal de hombres condenados a perpetuo concepto, despedazadores de vocablos y volteadores de razones, ha pegado el dicho achaque de poesía a las mujeres, declaramos que nos tenemos por desquitados con este mal que las hemos hecho del que nos hicieron al principio del mundo.
Don Carlos se dedicó a filósofo y a conspirador, para lo cual creyó oportuno pedir la absoluta. No hay que pensar que era tonto don Carlos, sino un buen matemático, bastante instruido en varias materias. Pudo reunir una mediana biblioteca donde había no pocos libros de los condenados en el Índice.
Palabra del Dia
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