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Actualizado: 6 de noviembre de 2025
Diría que es un religioso ó peregrino, á no ser por las extrañas mercancías que parece tener de venta, dijo Simón. Acercándose vieron que sobre una tabla que delante tenía se hallaban colocados en línea algunos trozos de madera, varias piedras y un clavo de buen tamaño.
Por espacio entendemos la extension en que imaginamos colocados los cuerpos: esa capacidad de contenerlos, á la que no atribuimos ninguna calidad de ellos, excepto la extension misma.
Pasaron por el pueblecito de Oiquina, constituído por unos cuantos caseríos colocados al borde del río Urola, luego por Aizarnazabal y en la venta de Iraeta, cerca del puente, se detuvieron a cenar. La noche se echó pronto encima. Cenaron Martín y Bautista y discutieron si sería mejor quedarse allí o seguir adelante, y optaron por esto último.
En Viena, no obstante dominar casi exclusivamente la religion católica, tienen tambien la buena suerte de tolerar las demas: hay templos para todos los cultos, y colocados unos en frente de otros, no hay indiferencia ni hipocresía.
Aquélla de los aires puros... ¡Lo que yo la he ventoleado! Vamos, señor don Alejandro: hoy no da usted pie con bola, y todo lo mira del revés. ¡Decir que le ha fallado la máxima cuando acaba de cumplírsele al pie de la letra! ¿Qué pensamientos más nobles ni mejor colocados quiere usted en una mujer, que los que han infundido en Nieves los aires de Villavieja? Pero no son los que traía de Sevilla.
Estos mapas contienen, no solamente el dibujo principal, sino otros accesorios, colocados en los ángulos y espacios libres, cada cual completo en su género; como los Hemisferios Norte y Sur, los de agua y tierra, los del Atlántico y del Pacifico y otros que determinan las corrientes del Océano, las cuencas de desagüe, vientos dominantes, temperaturas, productos principales, etc.
Terminada la procesión y colocados nuevamente los santos en sus capillas, fuimos a ver los toros, más tarde los juegos en la era, las luchas de hombres, los tres saltos, el ahorcagato, el juego del odre y todo el divertido aparato de las fiestas provenzales... Caía la noche cuando regresamos a Maillane.
En la plaza del pueblo se había instalado una música al aire libre y las gentes del país saltaban sobre el césped á la luz de unos faroles á la veneciana colocados por el tendero. La señorita Guichard había enviado algunos toneles de vino para que refrescasen los bailarines, y estos diversos atractivos hacían que se agrupase delante de la verja una gran multitud.
En el piso bajo veíanse unas rejas, por entre cuyos hierro salían matas de tiestos, colocados dentro en una tabla. La casa hacía esquina, y el cuarto bajo a que correspondían las rejas tenía por la otra calle una tienda con dos vitrinas. Pero esto no se veía desde el balcón de Miquis, aunque se adivinaba, mirando un rótulo que en áureas letras decía: Castaño, ortopedista.
Y más tranquilo ya, examinó los retratos, alabando a algunos de aquellos señores, que, por sus grandes barbas de plata y sus frentes serenas, tenían, según él, caras de santo. Cuando Maltrana terminó de clavar unas perchas en el dormitorio y dio por definitivamente colocados todos los muebles, comenzaba a anochecer. Había que pensar en la cena y en la luz.
Palabra del Dia
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