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La Luna, que ha dado una vuelta entera, se presenta otra vez á coincidir con la misma estrella; pero no ha llegado aún á su misma posición respecto del Sol, y como necesita aún 2 días y 5 horas más para realizar este regreso, resulta que se debe añadir esta diferencia á la duración de la revolución sobre la órbita, para obtener el tiempo exacto que tarda en efectuarse la lunación.

Y sin embargo, días andando, me salió con la misma copla nada menos que el docto y experimentado señor de la torre de Provedaño. ¿Se equivocarían todos ellos, rústicos y civilizados, al coincidir tan exactamente como coincidían en una misma idea? ¿Trataría yo de curarme en sana salud, sin darme cuenta de ello, cuando me consideraba en lo cierto creyendo todo lo contrario de lo que ellos creían?

Híceme estas preguntas, porque enlazando sus motivos con el efecto que me había causado la inesperada ocurrencia del empecatado mediquillo, cabía suponer la existencia, en que jamás había creído, de ciertas corrientes misteriosas por lo más hondo e inexplorado del corazón... De todas maneras, existieran o no esas corrientes, el coincidir Neluco y yo, por impulso propio y espontáneo, en un punto tan singular y concreto; yo esbozando la idea mentalmente, y él, como si me la hubiera leído en el cerebro, presentándomela después con visos de realidad, era sobrado motivo para consagrar al caso toda la atención que yo estaba consagrándole.

Me arredra el temor de extraviarme, y la conciencia de mi poquísimo saber en Economía Política, ciencia que, al cabo, después de mucho cavilar, han venido todos los autores a coincidir con Aristóteles en que trata del dinero, o, en general, de la riqueza, por donde la llama Crematística el sabio de Estagira. Y es mayor infortunio aún que el de mi propia ignorancia, el de que,

El remedio, en esta ocasión, casi nos parece peor que la enfermedad. ¿Por qué ha de castigar Dios a quien anhele conocerle? ¿Por qué ha de coincidir el poeta con quien inventó en prosa esta célebre frase: la funesta manía de pensar? ¿Por qué, desde el empleo de nuestras más nobles facultades en el estudio de la metafísica en general, y singularmente de la teodicea, hemos de descender, con inevitable descenso, a la borrachera y a los amores libidinosos, y todo ello sin regocijo, sino con furia, rechinar de dientes y maldiciones como de precito?

Para gustar de un autor no es menester coincidir con él en opiniones y creencias, ni mucho menos dejarse convencer por sus razonamientos. A menudo suele sucederme lo contrario, y así me sucede con el libro de D. Pompeyo Gener. Mucho tengo que aplaudir en dicho libro, y muy poco de lo que dice me convence, aunque aplaudo el entusiasmo, el saber y él ingenio con que lo dice.

Gracias que la cuestión ocurrió cuando la niña tenía entre sus dedos el andante cantabile molto expresivo, que si llega a coincidir con el allegro agitato, ni Dios pesca una letra de lo que hija y madre hablaron.

Hay en mi sentir, afirmaciones tan verdaderas y tan consoladoras en el discurso de doña Emilia, que nos complacemos en notarlas aquí, lisonjeados y engreídos de coincidir en todo con ellas. Lo primero que aplaudimos es algo a modo de amnistía que doña Emilia concede. O no puede saberse, o no debe declararse, aunque se sepa, quiénes han sido la causa de nuestras recientes desventuras.

El culto de una belleza absoluta y única, irradiando más allá de las apariencias, y en cierto modo más allá de los dioses, infundió en los artistas de Atenas la clarovidencia sobrenatural. Hoy fermenta el resabio de las barbaries oscuras en una violación innoble y pedantesca de las leyes eternas, las leyes que hicieron coincidir las líneas expresivas con el alma, así en esa suave Psyché.

Esto es lo que se llama el arte por el arte. Ha de entenderse, con todo, que los tres separados caminos por donde va el espiritu humano no siguen en divergencia constante y separándose siempre hasta lo infinito, sino que al cabo convergen y vienen á coincidir en un centro ó foco único de perfección absoluta, donde la verdad, el bien y la belleza carecen de distinción substantiva, y son calidades, potencias y atributos de un solo sujeto.