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Actualizado: 8 de junio de 2025


De éstas, sólo La bizarra Arsinda, El conde Partinuples y La renegada de Valladolid se encuentran en el catálogo de la Huerta. Una descripción muy animada del bullicio y del tumulto, inseparable de las representaciones públicas teatrales, se encuentra en El día de fiesta, su autor D. Juan de Zabaleta. Dos partes: Coimbra, 1666.

LEONARDO COIMBRA. La alegría, el dolor y la gracia. Tr. del portugués por Valentín de Pedro. MIGUEL DE UNAMUNO. Tres novelas ejemplares y un prólogo. ANTON CHEJOV. El jardín de los cerezos. Traducida del ruso por Saturnino Ximénez. TOMAS MANN. La muerte en Venecia. Tristán. Traducida del alemán por J. Pérez Bances. ALEJANDRO ARNOUX. El "cabaret". Traducida del francés por Bernardo G. de Candamo.

Pero cuando nuestra honradez y buena sean, como son, tan escrupulosas que no admitan esta moderada represalia, el destruir dichos Coimbra, Albuquerque, y demas poblaciones que habrá mas al norte en parages prohibidos, y el acercarnos con presidios y poblaciones á tomar el olor de dichos minerales, es absolutamente indispensable para observar y contener de cerca á los Portugueses en la paz, y atacarlos en tiempo de guerra.

Tambien es cierto que, habiendo desertado un soldado de Coimbra, y venido á esta desde Misiones donde se halla este Gobernador, ha mandado que se arreste y devuelva, tomando por motivo los tratados que no hablan de tal cosa.

Para eso no han menester mas que venir en sus canoas, como lo hacen con frecuencia, pasando por delante de Borbon, como pasan, sin que nadie les pueda estorbar por los tratados; y en llegando al sud de dicho Corrientes, saltar en tierra y hacer un ranchito, dejando en él cinco hombres de los de Coimbra.

Pasado el terremoto que habia destruido las tres quartas partes de Lisboa, el mas eficaz medio que ocurrió á los sabios del pais para precaver una total ruina, fue la fiesta de un soberbio auto de fe, habiendo decidido la universidad de Coïmbra que el espectáculo de unas quantas personas quemadas á fuego lento con toda solemnidad es infalible secreto para impedir los temblores de tierra.

Aunque el autor, que se llamaba Tomé Pinheiro da Veiga, natural de Coimbra, logró el empleo que pretendía, no parece que salió muy prendado de Valladolid, ni bastante agradecido, para no decir mil horrores de todo. Su relación, no obstante, debe ser animado retrato de la alta sociedad española de entonces. A ser el retrato fiel, dicha alta sociedad quedaría muy malparada.

La doncella Coimbra anuncia lo siguiente al principio: «Por esta pieza averiguaréis la causa de llamarse Coimbra esta ciudad, en donde descansan el león, la serpiente y la princesa, que lleva en su escudo desde tiempo inmemorial, y sólidas razones os convencerán á dónde voy y de qué planeta vengo; y por esta causa los mancebos hablan con tanto calor, y son tan cortos los cuellos de las doncellasetc.

Pero aun debemos desconfiar de que verifiquen la evacuacion de Albuquerque que han prometido; porque despues que la ofrecieron han quintuplicado su guarnicion y la de Coimbra, llevando á ellas los gefes mas acreditados, y han reconocido, é intentado establecerse en los 21°: y á esta hora ya lo hubiesen hecho, si no los hubiésemos prevenido, segun dicen las últimas noticias, que, aunque adquiridas por los bárbaros, se hacen creibles en vista de la gente que han hacinado; con la que quizás nos hubiesen ya atacado, si no hubiesen visto que no pueden entrar en contiendas efectivas con nuestros buques.

Por otro lado, las usurpaciones portuguesas al oeste del rio Paraguay, en sus establecimientos de Coimbra, Albuquerque y otros que ignoramos, suscitarán mil controversias morosas: porque este punto es tan interesante, como lo hice presente á V. E. en 13 de Octubre último.

Palabra del Dia

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