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Actualizado: 18 de julio de 2025


Entre tanto, Hans y Cornelio se habían precipitado hacia los otros para obligarles a huir en las chalupas; pero aquellos desgraciados ni atendían a razones ni llegaban a comprender el tremendo peligro en que estaban. Uno solo, menos ebrio que los demás, se apresuró a ganar una de las chalupas; pero los demás siguieron jugando, bebiendo, cantando o durmiendo.

Todos se pusieron al momento en pie, y hubo unos cuantos que se apresuraron a acercarse a las chalupas, que estaban atadas en la playa. El Capitán y Cornelio, que dormían en una tienda, mientras Hans y Van-Horn se habían quedado en el junco, fueron bien pronto advertidos del hecho. ¿Se tratará de una señal? preguntó el joven.

No querían pasar la noche en tierra, y todos estaban resueltos a retirarse a bordo del junco. Cuando el Capitán y Cornelio llegaron al campamento habían ya botado al agua las chalupas y estaban embarcándose en ellas, a pesar de las amenazas de Van-Horn. La llegada de Van-Stael los contuvo. ¿Dónde vais? les preguntó el Capitán amartillando resueltamente el fusil. A bordo dijeron algunos.

¿Qué quiere este animal de antropófago? dijeron Hans y Cornelio, mientras los chinos se iban retirando prudentemente hacia las chalupas. Querrá ordenarnos que nos vayamos dijo el Capitán . Estos salvajes tienen la pretensión de que ningún extranjero venga a pescar a sus costas; pero este horrible y ridículo ejemplar de la raza australiana se engaña si cree que vamos a obedecerle.

Déjame a , Cornelio le dijo . De seguro no está solo, y detrás de esas rocas puede esconderse una tribu. , Van-Horn, reúne a los chinos junto a las chalupas, y vosotros, sobrinos, a la lantaca.

A la pleamar las chalupas pueden pasar por la primera; la segunda tiene tres brazas de agua casi en toda la extension, de modo que los buques pueden fondear en este brazo con la mayor seguridad.

Cierto que ninguna, y mas cuando es una navegacion con tiempo hecho tan corta, que se puede hacer de 12 ó 14 horas, y no solo con embarcaciones de porte de las que en el dia navegamos, sino con chalupas como las que en el dia entran sirviendo en este rio para conducir paja: como se les ponga cubierta, se puede barquear desde el puerto de San José á este rio, y al contrario.

Con estos antecedentes parece que deberia V. E. hacer entrar por el Rio Negro una ó dos chalupas de las que hay en nuestro establecimiento, dirigidas por algun inteligente ó dos, que llegasen á Chuelechel y le reconociesen con reflexion y conocimiento, para verificar lo que dice Villarino: pues siendo cierto, es fácil introducirnos desde nuestro establecimiento hasta Chuelechel, y formar en él un fuerte como los mencionados, poca mas ó menos, guarneciéndolo de 60 blandengues y 20 presidarios con dos chalupillas.

Seguros de que no les seguirían, al menos por el momento, pues los indígenas del Continente sólo acostumbran atacar de noche, volvieron a escalar las rocas y bajaron después al campamento. Con gran sorpresa vieron que los trabajos no habían empezado aún, por más que ya el sol había salido. Los pescadores se habían retirado hacia las chalupas y discutían acaloradamente.

La isla de Nou extendía enfrente de la rada su costa baja orlada de espuma y en el cielo sin nubes se recortaban las agrestes y verdosas cimas de la isla de los Pinos. La bahía estaba animada por el movimiento de las chalupas y de los lanchones conducidos por marineros canacos.

Palabra del Dia

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