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Fuentes, ya cesa el llanto; verdes árboles, Ya parto a ser esposo de Jarifa, Que ya no soy su hermano Abindarráez. Sale NARVÁEZ y NU

Decir que un raciocinio puede ser principio fundamental, es una contradiccion manifiesta. Pero si tomamos el principio de Descartes en el sentido explicado anteriormente, esto es, como un raciocinio sino como la consignacion de un hecho, la contradiccion cesa; y es cuestion digna de examinarse la de si merece ó el título de principio fundamental y de qué manera.

Cuando nace y se engendra la tristeza de alguna causa, puede desaparecer si la causa cesa; pero si la tristeza brota espontáneamente como esas malas hierbas y esos juncos que usted ve al borde del pantano; si está en nosotros; si forma la esencia de nuestro ser mismo; si no se encuentra aquí ni allí solamente, sino en todas partes; si ninguna cosa de la tierra alcanza a darle alivio, entonces... créame usted, niña, el enfermo está desahuciado.

Era la señal de que un nuevo cura había cantado su primera misa. Nunca he subido aquí dijo don Martín, sentándose al lado de Gabriel en unos maderos que no haya visto esas banderas. El reclutamiento eclesiástico no cesa jamás. Siempre hay ilusos para llenar sus filas.

y en peñascos y en colinas los nopales, las encinas, responden en són amante al beso fresco y errante de las auras vespertinas. Bajo la enramada espesa, clara y profunda la presa como un espejo se tiende, y en blancos chorros desciende, y en su murmurio no cesa. Leve el humo en la alquería revela el fuego que arde en el hogar, y á porfía dan las aves su armonía á la oracion de la tarde.

12 Y conmovieron al pueblo, y a los ancianos, y a los escribas; y arremetiendo le arrebataron, y le trajeron al concilio. 13 Y pusieron testigos falsos, que dijesen: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y la ley; 14 porque le hemos oído decir, que Jesús de Nazaret destruirá este lugar, y cambiará las tradiciones que nos dio Moisés.

»¡Angélica! ¡Angélica mía, vuelve en ti! ¡ digna de tu padre y de tu amigo! Vive para Adela y por mi memoria... Pero habla sin ser oído. Los besos que deposita sobre sus ojos no la vuelven a la vida. Por fin los separan; el tambor cesa de batir, la escolta se detiene. Mi madre ha vuelto en ; sus ojos se abren asustados y se pasean sobre todo lo que la rodea.

Hasta durante el verano, cuando sus aguas están en el más bajo nivel y se arrastran lentamente por entre matas de hierbas aromáticas medio secas, no cesa de trabajar para cambiar su cauce, y renovar, en la medida de sus fuerzas, el aspecto de la naturaleza.

Todo se vuelve apetecer y rabiar... Hay aquí dentro un fuego que no le deja a uno sosiego... Pero cuando vienen los años y cesa el calor amante y se queda uno fresco como una lechuga, entonces, ¡en grande, mi queridín!... Mira, si me dijesen ahora: «Feliciano, ¿quieres volverte a los veinte años?» ¡Ca! a otro perro con ese hueso. La gran edad del hombre, los cincuenta años. No lo dudes, Gonzalín.

Desde ahora en adelante cesa de ser una realidad de mi vida: soy un ciudadano de otro lugar cualquiera.