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Actualizado: 9 de mayo de 2025


Núñez, aunque guerrero, cede a sus instancias y vuelve hacia la casa con semblante fiero y ceñudo, enteramente resuelto a quitarse hasta los calcetines y a meterse en la cama mientras se manda propio a Lancia por una muda. Todos sus amigos le rodean, y así llegan hasta la casa. Emilita, que está al balcón, al verlos de aquella guisa, pregunta con sorpresa: ¿Qué es eso?

Las flores se abren, las moscas emprenden sus infinitos giros, las palomas se lanzan a sus remotos viajes atmosféricos; arriba y abajo cada cual cede al impulso excitante según su naturaleza. Los locos salen de los cuartos o dormitorios con sus fieros instintos poderosamente estimulados.

Al África, por el tesoro escondido. Hombre, yo no puedo, no tengo medios.... No quise decirle que me parecía una fantasía absurda esta historia del tesoro. ¿De manera que usted me cede sus derechos? En absoluto. Está bien. Allen se despidió de , y pocos días más tarde desapareció del pueblo. Una semana después, mi prima me comunicó su pensamiento de trasladarse a Lúzaro.

Las hemicráneas, las cefalalgias crónicas con presion, plenitud, pesadez, vértigos, oscurecimiento de la vista, náuseas, pertenecen á la esfera de accion de este medicamento; se ha observado que la hemicránea del lado derecho cede mejor con el carbonato de cal, y la del izquierdo con mercurio.

Ocho días he pasado en Lyón para poder ver alguna vez más a mi Alfonso y con el fin de acostumbrarme a estar separada de él. El abate Lamartine, que habita en su propiedad próxima a Dijón, nos cede su casita próxima a la calle de Ursulinas en Mâcón, donde pasaremos el invierno. Esta casa está junto al palacio de la familia que habitan mi hermano político M. de Lamartine y sus dos hermanas.

Llega el momento en que todo un campo de nieve no se encuentra ya sujeto á la pendiente; cede, y la enorme sacudida que comunica á las nieves vecinas las hace ceder también. Toda la masa se precipita á un tiempo por la vertiente de la montaña, llevándose por delante todo cuanto encuentra en el camino, troncos de árboles, piedras y peñascos.

Cuando hayamos cambiado de disposición le largaremos una andanada. ¡Que Dios me ayude!... el levante cede... ¡Ah! ¡por la Virgen! ¡será una hermosa fiesta para el pueblo de Cádiz verte entrar con hierros en las manos y en los pies, con tu tripulación de demonios, perro maldito! decía el honrado Massareo mostrando el puño a la tartana desamparada, silenciosa y sombría, que se balanceaba al movimiento de las olas.

Quedose Fortunata, al oír esto, risueña y pensativa. ¿Qué estaba tramando aquella cabeza llena de extravagancias? Pues esto: «Escucha, nenito de mi vida, lo que se me ha ocurrido. Una gran idea; verás. Le voy a proponer un trato a tu mujer. ¿Dirá que ?». Veamos lo que es. Muy sencillo. A ver qué te parece. Yo le cedo a ella un hijo tuyo y ella me cede a su marido.

Los patines tienen que ver con la accion que se representa, como yo con el califa de Badgad; pero si la ópera no tiene que ver, tiene que ver la empresa, tiene que ver el público que aplaude á los patineros y patineras; el público que digiere agradablemente viendo patinar; esto conviene al negocio, y el arte calla, cede, entra en el club, se hace cómplice. En cambio se hace rico.

¡Y ella quiere verlo, quiere verlo! Su voluntad se irrita con los obstáculos; hace un gran esfuerzo. La barra cede y se desliza por la puerta... Pero Bettina se ha hecho en la mano un largo tajo que deja ver un pequeño hilo de sangre. Envuélvese la mano en el pañuelo, toma el gran paraguas, da vuelta la llave en la cerradura, y abre la puerta. ¡Al fin está afuera! El tiempo es horrible.

Palabra del Dia

commiserit

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