United States or United Arab Emirates ? Vote for the TOP Country of the Week !


Causábanle náuseas los carros repletos del estiércol recogido en los puntos de venta: hortalizas pisoteadas, frutas podridas, todo el fermento de un mercado en el que siempre hay sol. Vamos a la acera dijo a sus criados . Compraremos primero las verduras.

Cuando estaban don Quijote y Sancho en las razones referidas en el capítulo antecedente, se oyeron grandes voces y gran ruido, y dábanlas y causábanle los de las yeguas, que con larga carrera y grita iban a recebir a los novios, que, rodeados de mil géneros de instrumentos y de invenciones, venían acompañados del cura, y de la parentela de entrambos, y de toda la gente más lucida de los lugares circunvecinos, todos vestidos de fiesta.

Y ahora la blandura que sentía bajo sus pies, los bellos colores por los que resbalaba su mirada, las flores que le saludaban con su perfume desde los rincones, causábanle una embriaguez de eunuco, y sentía impulsos de tenderse en aquellos muebles, de tomar posesión, como si le pertenecieran, por ser de su mujer. Ahora comprendía lo que era la riqueza y con qué fuerza pesaba sobre sus esclavos.

Viviendo el Mosco temía aproximarse a las Carolinas, y después de muerto el dañador causábanle repugnancia estos lugares, que despertaban sus remordimientos. Pero la necesidad borró sus escrúpulos, y emprendió la marcha hacia aquel suburbio de Tetuán.

Vivía en el mundo ideal de sus lecturas, rozándose con mujeres elegantes, perfumadas, espirituales, de cierto arte en el refinamiento de sus vicios. Las hortelanas tostadas por el sol que enloquecían a su padre como brutal afrodisíaco, causábanle la misma repugnancia que si fuesen mujeres de otra raza; seres de una casta inferior.

Maltrana no atendía a la caza de sus compañeros; deseaba que acabase la expedición cuanto antes. Causábanle lástima y repugnancia aquellos cuerpecillos de pelo suave que el señor Manolo iba reuniendo al par que hacía grandes elogios del peso de su carne palpitante.

Estos manejos, a falta de otros, causábanle una turbación que la entretenía; la emoción del peligro, que agitaba sus nervios, hacíale creer en una pasión. En una palabra, la desgraciada y noble Juana se hallaba en vísperas de la caída más vulgar, cuando un tercer personaje intervino en el escenario.