Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de mayo de 2025
Luego, hace tres meses, el señor, que estaba empleao aquí, se ha ido a la Habana; dicen que es pa tener no sé qué categoría o señorío, y golverse y cobrar más; después, si se muere habiendo estao allí, porque él ha estao antes también, pues, si se lo lleva Pateta, le deja mu buena orfandad a la señora. Viudedad, mujer, viudedad. ¡Ah! me se olvidaba lo mejor.
Era una beata del tercero ó cuarto orden, muy sincera y humildita, siempre dispuesta á obedecer sin réplica los mandatos de las de alta categoría, casi todas señoras muy autoritarias y gazmoñas, que hacían y deshacían á su antojo.
Simples condiciones externas, como la representación visible de milagros, la aparición de ángeles y demonios, de la Virgen María y de su Hijo, han servido también, al parecer, como en la clase anterior, para ordenar á algunas comedias en la categoría de divinas.
Algunos estéticos contestarán afirmativamente á esta pregunta, sin vacilaciones de ningún género, y los autos españoles y las moralidades, obras informes de un arte incipiente, serán ordenados por ellos en la misma categoría. Es tan general la creencia de que han de desterrarse del drama las personificaciones alegóricas, que casi todos los poetas modernos han renunciado á ellas.
Los guardias, teniendo en consideracion la categoría del rebelde, van á buscar al cabo, mientras casi toda la sala se deshace en aplausos, celebrando la entereza del señor que continúa sentado como un senador romano.
Se habló de sus batallas, de sus proezas, de su modestia, que le hizo rehusar los títulos y el collar con que quiso agraciarle Luis XIV, y sobre todo de su extraordinaria suerte. Porque salido de la nada, pues era hijo de un pobre impresor, de simple soldado llegó a la elevada categoría de mariscal.
Yo soy un pecador replicó Julián , solamente que veo claro en este asunto, y por los favores que debo a usted, y el pan que le he comido, estoy obligado a decirle la verdad. Señor marqués, con franqueza, ¿no le pesa de vivir así encenagado? ¡Una cosa tan inferior a su categoría y a su nacimiento! ¡Una triste criada de cocina!
Desde que entró a servir en su ramo y en la categoría que le cuadraba, estaba el hombre que no cabía en su chaleco. Hasta parecía que había engordado, que tenía más pelo en la cabeza, que era menos miope, y que se le habían quitado diez años de encima. Se afeitaba ya todos los días, lo que en realidad le quitaba el parecido consigo mismo.
Penetró en un cuarto desarreglado, con montones de ropa por el suelo y una mesa en el centro, donde la hija primera de los señores de Belinchón estaba aplanchando una camisa en traje no adecuado a su categoría. Un vestidillo raído y un pañuelo atado a la cintura como las artesanas; en los pies unas zapatillas bastante usadas.
Si don Restituto pretendía títulos mundanos, no era por vanidad, sino por una especie de sentimiento de clase, por decoro, como si dijéramos, de aquella categoría de bienaventurados de platea y butaca a que él pertenecía, y por justificarse, en algún modo, con los de galería y cazuela.
Palabra del Dia
Otros Mirando