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Actualizado: 5 de mayo de 2025


Acaso sea necesario referir á esta categoría de síntomas la sensacion de frio en el estómago, mientras que la ansiedad, la opresion, la angustia, el pulso pequeño y contraido, aunque debidos á intoxicaciones, pertenecen á la accion dinámica del acónito por sus congestiones y su accion sobre el corazon.

Claro que lo ha dicho en broma, como podréis comprender; pero en este mundo especial se toman las palabras en serio. ¡Qué supina ignorancia y sencillez es la de estas muchachas! Hay quien ha oído disputar a dos jóvenes de diez y seis años sobre la nobleza de su origen y la categoría social de sus respectivas familias.

La que apoyaba en la misma montaña para los alcázares del califa: en los cuales se alojaban además del dueño 6300 mujeres entre concubinas de mayor ó menor categoría, criadas y sirvientes; y donde habia para ellas 300 baños.

Yo soy la que tengo que agradecerle que sea tan bueno, tan llanote, a pesar de su categoría, que casi es la que viene detrás del Papa.... Y la verdad es añadió la vieja con la arrogancia de su franqueza que nada pierde siendo así. Amigas como yo no tendrá usted ninguna. A usted no le rodean más que aduladores y pillos, como a todos los grandes de la tierra.

Aquellos sencillos campesinos le apellidaban así porque después de general no había para ellos otra categoría más elevada en el ejército.

Esta primera sillería a ras de tierra, donde se sentaban los clérigos de categoría más ínfima, era anterior en medio siglo a la sillería alta; pero en estos cincuenta años dio el arte el gran salto desde el gótico rígido y duro a las suavidades y el buen gusto del Renacimiento.

Hénos aquí el tiempo como una medida fija, anterior á la del reloj con que le queríamos medir. Pero ¿qué son esas dos horas, prescindiendo de toda medida, no solo del reloj, sino tambien de los astros? Dos horas en abstracto, no se las encuentra en ninguna categoría de los seres reales ó posibles; de ellas no podemos dar idea, ni formárnosla nosotros mismos, sin echar mano de una medida.

Rosarito y su novio se habían apoderado de un rincón y se comían con los ojos, diciéndose sólo de vez en cuando alguna palabra insignificante que la inflexión de la voz y el temblor de los labios hacían subir a la categoría de sentencia sublime. Sólo las viejas y algunas chicas que no habían logrado emparejarse, seguían charlando con las monjas.

El santo respeto a la jerarquía, heredado de los abuelos e ingerido hasta lo más profundo de su alma por largos siglos de servidumbre, influía en el entusiasmo de estos ciudadanos que hablaban a todas horas de la igualdad. Lo que más halagaba al señor Fermín en sus entusiasmos juveniles, era la categoría social de los jefes revolucionarios.

Y seguía su camino, embozado hasta los ojos, porque hacía un frío de dos mil diablos. Otros no se limitaban a sonreír y apretarle la mano, sino que en justa correspondencia a su confianza sacaban con mano temblorosa de los bolsillos del gabán o de lo interior de la gabardina algún instrumento resonante también de menor categoría, una trompeta, un cuerno de caza, una matraca.

Palabra del Dia

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