United States or Namibia ? Vote for the TOP Country of the Week !


A la salida del coro señalaba al chantre, un prebendado obeso, con el rostro cubierto de placas rojas. Mírelo usted, tío decía a Gabriel . Esa caspa que tiene en la cara es un recuerdo del pasado. Corrió mucho, sin fijarse dónde ponía el pie... ¡Pues con esa facha, todavía presume de conquistador!

El resto estaba ennegrecido por la suciedad. Cada arruga era un surco fangoso; el cuero cabelludo mostraba las púas blancas del rapado por entre las escamas de la caspa endurecida. Coleta saludó al del fielato y fijó después sus ojos en Maltrana. ¿No eres Isidro, el nieto de la Mariposa... uno que es señor en Madriz y escribe en los papeles?...

Traía un bonete los días de sol, ratonado, con mil gateras y guarniciones de grasa; era de cosa que fué paño, con los fondos de caspa. La sotana, según decían algunos, era milagrosa, porque no se sabía de qué color era.

Instalado entonces en el canapé del comedor, la pipa entre los dientes, admiraba a doña Augusta, que, los días de fiesta, solía limpiar con clara de huevo la caspa al teniente Conceiro. Esta hora, sobre todo en verano, era deliciosa.

Del potrero aburridor a la libertad presente, había infinita distancia. Más por infinita que fuera, los caballos pretendían prolongarla aún, y así, después de observar con perezosa atención los alrededores, quitáronse mutuamente la caspa del pescuezo, y en mansa felicidad prosiguieron su aventura. El día, en verdad, favorecía tal estado de alma.

Como se aproximaba la noche y nada tenía resuelto, fue a pedir consejo al viejo de la barraca inmediata, un carcamal que sólo servía para segar brozas en las sendas, pero de quien se decía que en la juventud había puesto más de dos a pudrir tierra. Le escuchó el viejo con los ojos fijos en el grueso cigarro que liaban sus manos temblorosas cubiertas de caspa.

Por esto será famosa desde Henares a Jarama, desde el Tajo a Manzanares, desde Pisuerga hasta Arlanza. Trocáreme yo por ella, y diera encima una saya de las más gayadas mías, que de oro le adornan franjas. ¡Oh, quién se viera en tus brazos, o si no, junto a tu cama, rascándote la cabeza y matándote la caspa!

La poltrona parecía venirle demasiado grande; acurrucado en el borde del asiento, las piernas endebles recogidas, de bruces sobre la mesa, tan pegada la cara al papel, que debía ser miope, y no gastaba anteojos, sin embargo... Su cabeza era vulgar, de pelo lacio y aceitoso, salpicado de canas, lo mismo que la barba enmarañada, amarillenta por la falta de aseo o el incienso continuo del tabaco; llevaba la solapa de la levita y los hombros, espolvoreados de caspa, y las uñas muy largas, ribeteadas de negro.

Después buscaba con su vista otra cabeza igualmente gloriosa, aunque menos blanca, con las barbas rubias y entrecanas, la nariz rubicunda y unas mejillas herpéticas que en ciertos momentos echaban á volar las películas de su caspa.

¡Ave María Purísima!... ¡Si se trata de un coronel de lo mejor!... ¡ Lo que había es que, como después se supo, el sujeto era un peine de esos que no dejan ni caspa, y que era verdad que había servido en las policías de Europa..., pero de farolero!