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Actualizado: 18 de junio de 2025
En el fondo se ve una vasta extension de terreno desigual surcado por el turbio Guadalquivir, donde alternan las colinas multiformes, las pequeñas planicies, los planos inclinados, las angostas llanuras entrecortadas por barrancos y los risueños vallecitos que forma el rio en sus vueltas y revueltas caprichosas, descendiendo por un cauce profundo y arcilloso, entre grandes y tajadas rocas graníticas en varios trechos.
En la imposibilidad de transcribir la composición entera, daremos cuenta de ella según el arte y modo de la crítica ligera, haciendo resaltar algunas de sus caprichosas donosuras, y callando mucho de lo que contiene, por ser materia vedada a la publicidad.
Creía ver oleadas de luz, emanadas de un foco incandescente; formas humanas, cuerpos sin sombra, que oscilaban con caprichosas revoluciones.
Sí... sí... averiguad... pero esto es imposible, imposible de todo punto añadió como hablando consigo mismo el confesor del rey ; y sin embargo, las mujeres... Son muy caprichosas, señor; ya veis, mi mujer... ¡Vuestra mujer!... ¡vuestra mujer!... ¿decís que es querida del sargento mayor don Juan de Guzmán? ¡Sí, señor! ¿Cómo ha llegado ese hombre al empleo que tiene?
La plazuela estaba solitaria y el rojo ambiente del incendio hacía más lóbregas las calles inmediatas. Algunos chuscos arrojaban en la hoguera manojos de cohetes, que salían como rayos, culebreando su rabo de chispas, arrastrándose de una pared a otra y remontándose en caprichosas curvas hasta la altura de los balcones, para estallar con estampido de trabucazo. Los municipales no veían los cohetes, pues al fijarse en el aire matón de la chavalería que los disparaba, permanecían metidos en el portal, sordos y ciegos. Andresito pensaba que si alguno de aquellos rayos baratos le pillaba en su sitio, no le dejaría ganas en una temporada de ser frailecito blanco y llorar los desdenes de su hermosa; pero permaneció inmóvil. Irse de allí era renunciar a su venganza.
El teatro español, al contrario, florece más de un siglo, brillando purísima la poesía popular; se reviste de las formas más caprichosas y variadas, y corre mansa y suavemente, impulsado por la fuerza, que da vida á las naciones modernas en lo más íntimo de su ser, hasta la época, en que apenas existe la poesía en las literaturas de los demás pueblos europeos.
Las calles son generalmente claras, limpias y regulares; los casas de solo dos ó tres pisos, alegres, caprichosas con gracia, casi todas pintadas de amarillo y otros colores, y adornadas de balcones, celosías, ventanas ó miradores, según que preside en cada cual la sencillez inglesa, el estilo oriental, ó el empirismo español á veces pintoresco.
La generosidad del Comendador humillaba su orgullo, y por más que trataba de empequeñecerla ó de afear y envilecer sus causas fingiéndoselas vulgares, absurdas ó caprichosas, dicha generosidad resplandecía siempre y la ofendía. La voluntad de Doña Blanca era de hierro: pocas personas más pertinaces y firmes que ella; pero su espíritu vacilaba y no se aquietaba jamás.
La accidentada línea que formaba la costa presentaba ya una playa de dorada arena que las mansas olas salpicaban de plateada espuma, ya rocas caprichosas y altivas, que parecían complacerse en arrostrar el terrible elemento, a cuyos embates resisten, como la firmeza al furor.
El variable Océano de la atmósfera, con su festín de luces, sus vapores y su claroscuro, su movible fantasmagoría de creaciones caprichosas, con tanta rapidez disipadas. El Océano fijo de la tierra, su ondulación que seguimos de lo alto de las grandes montañas, los levantamientos, testimonio de su antigua movilidad, la sublimidad de sus cimas, de sus nieves eternas.
Palabra del Dia
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