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Actualizado: 7 de junio de 2025
En las orejas, unas gruesas arracadas de oro, en forma de tubos de órgano, que caen hasta la mitad de la mejilla. Los vestidos de larga cola y cortos por delante, dejando ver los pies... siempre desnudos.
Aquella sociedad tiene sus escándalos como todas las sociedades: raptos, seducciones, adulterios, suicidios y hasta duelos. Hablan de las guerras y de las batallas pasadas con un profundo conocimiento de lo sucedido, porque el negro y el pardo porteño saben batirse con la bizarría del mejor de los soldados y caer sobre el campo de la acción como caen los héroes.
ES una de esas plazoletas melancólicas de un barrio solitario, rodeada de bancos de piedra, que tienen un ambiente provincial, y sobre la cual caen de vez en vez las lentas campanadas de las vísperas, con un clamoreo ensoñador y místico.
A pesar de su mala cabeza, tiene desde los veinte años el cargo de perrero de la santa catedral: ha llegado adonde sólo se llegaba en tiempos mejores después de muchos años y buenas agarraderas. Cobra sus seis realitos diarios, y como anda suelto por la iglesia, puede enseñar las curiosidades a los forasteros. Con las propinas que le caen está mejor que yo.
Un anillo alrededor del astro diurno, un resplandor rojizo en medio de un círculo pálido, estrellas cambiantes y que parecen que caen, son indicios de un trabajo amenazador en la región superior.
Entretanto el hombre-globo hace unos cuantos esfuerzos en el aire, un viento le lleva aquí, otro allá, descarga lastre... ¡inútiles afanes! al fin viene al suelo: sólo observo que están ya más duchos en el uso del paracaídas: todos caen blandamente, y no lejos: los que más se apartan van a caer al Buen Retiro.
Lo mismo el público que los críticos viven ahora constantemente alerta contra la inverosimilitud, y apenas un pobre autor echa el pie fuera del camino trillado, caen todos sobre él con el dictado de falso en los labios. Pero, por lo común, sólo contra la inverosimilitud material dirigen sus tiros. La inverosimilitud moral se les escapa la mayor parte de las veces.
El esposo de Casilda permanece algún tiempo en Toledo ocupado en sus negocios, y mientras tanto atiende ella á todos los quehaceres propios de su estado: se la ve al obscurecer cantando al frente de los segadores á su regreso, rezar después las oraciones y retirarse á su dormitorio. El servidor disfrazado del comendador bebe con los demás compañeros, hasta que caen en tierra embriagados.
Entretanto con gran trabajo, ó luchando contra el torrente de las aguas que caen de aquellos peñascos, movieron las lanchas con intencion dañada, ó las arrastraron por el suelo con bueyes.
Verán, verán el nuestro, con todo lo que hay de más lindo, para llamar la atención, y hacer que la gente se pare y entre a comprar algo. Después que entran, se les enseña más, se les hace ver esta y la otra cosa de precio, se les engatusa, y al fin caen. Los tenderos de aquí apenas tienen el arte del etalaje, y en cuanto al arte de vender, pocos lo poseen.
Palabra del Dia
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