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Actualizado: 6 de septiembre de 2025
Quando hubo vuelto á casa, le hizo ver su amigo que le habian estafado; y apuntó Babuco en su libro de memoria el nombre del mercader, para que el dia del castigo de la ciudad no le echara Ituriel en olvido.
La noticia me produjo el disgusto que V. puede suponer; porque siempre he delirado por mis hijos: y como si aquello fuese castigo providencial o por lo menos advertencia saludable, después de grave y prolongada meditación, en que me eché en cara sin piedad, mi conducta infame y ridícula, canté sin rebozo el yo pecador y resolví obedecer a mi esposa inmediatamente.
Entonces le hice observar, muy delicadamente, que se le había escapado una concordancia gallega, una de aquellas concordancias por las cuales nos castigó tantas veces don Román. No, joven, replicó disgustado Castro Pérez ¡así está bien! En eso sí que ninguno me enmienda la plana, amiguito. ¡Así está bien! ¡Así debe ser! Recuerde usted aquella reglita del Nebrija.... Y no la dijo.
Hacer el bien á los semejantes continuó Aresti sin esperanza de recompensa ni miedo al castigo, como lo hacemos los impíos modernos, los hombres del materialismo, es ser más idealista que el devoto que compra su parte de paraíso con oraciones que no remedian ningún mal de la tierra.
Anda con Dios; te compadezco: eres malo, y el que es malo, consigo lleva el castigo. Las viejas no sirven más que para sermonear gruñó Momo, echando a su abuela una impaciente y torcida mirada. Pero apenas había pronunciado la última palabra, cuando su madre, que lo había oído, se arrojó a él y le descargó una bofetada.
1 El que ama el castigo ama la sabiduría; mas el que aborrece la reprensión, es carnal. 2 El bueno alcanzará favor del SE
Esto también le estorbó el cacique, afirmando que él tenía de aquel madero grande estimación y aprecio porque había visto que el Padre le adoraba; con lo cual, maldiciendo el Mapono su fortuna, se volvió á su tierra con esperanza de haberlo á las manos el año siguiente y hacer en él el estrago que deseaba, lo cual hubiera por ventura ejecutado si Dios no hubiera desvanecido sus designios queriendo no quedasen sin venganza por más tiempo los intentos dañados de aquel bárbaro apasionado por el demonio, y ganando veneración y aprecio el propagador de su santa ley con el castigo proporcionado á gente que no estima otra cosa sino lo que ve por los ojos ó toca con las manos.
Yo no digo que los judíos que conspiraron contra la vida de reyes, i contra el estado de quien eran vasallos, fuesen dejados sin castigo; pero hai ocasiones en que la sobra de rigor se convierte en falta de cordura.
Pero un día de mucho calor, ¡castigo de Dios! pasó junto a un río y le entraron ganas de darse un baño. En el agua flotaban dos caballos muertos, cosa mala. Al salir del baño le dolían los ojos: a los tres días era ciego.
Mi padre comenzaba a hablar, pensándolo mucho, y a lo mejor ¡zas! una aleluya. «Apolonio: mira lo que hablas, que te castigo sin postre», amenazaba la señora.
Palabra del Dia
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