Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 9 de julio de 2025


35 De los de Dan, dispuestos a pelear, veintiocho mil seiscientos. 36 Y de Aser, a punto de guerra y aparejados a pelear, cuarenta mil. 37 Y del otro lado del Jordán, de los de Rubén y de los de Gad y de la media tribu de Manasés, ciento veinte mil con toda suerte de armas de guerra. 39 Y estuvieron allí con David tres días comiendo y bebiendo, porque sus hermanos habían preparado para ellos.

La mayor parte de los dolores se agravan por la presion; los vómitos se alivian bebiendo; lo opuesto sucede con el eléboro blanco, del cual por otra parte es análogo; los dolores viscerales se agravan con el tacto y el movimiento. El cobre, en fin, es aun poco conocido por los detalles de las circunstancias de este género capaces de influir en sus efectos.

Una hermosa que se hace robar cada seis meses, siempre tendrá algo que referir cuando vuelve. Pues es igual. ¡Bonito hogar doméstico! Imagínese usted, señor, que todavía no hacía un año que estaban casados cuando ¡paf! va la mujer y se larga a España con un vendedor de chocolate. El esposo se queda solito en la casa gimoteando y bebiendo. Estaba como loco.

El marqués y sus camaradas rieron como chiquillos, y Jerez pasó mucho tiempo comentando la gracia del de San Dionisio y su habitual generosidad, pues una vez vuelto el toro a la cuadra, distribuyó el dinero a manos llenas entre los lisiados, verdaderos y falsos, para que a todos les pasase el susto bebiendo algunas cañas a su salud.

Vestía de un modo semejante a los chulos, como sucede ordinariamente con los señoritos en Andalucía; pantalón muy apretado, chaqueta corta y apretada también y hongo flexible. Aprovechando un momento en que nos encontramos al pie del manantial bebiendo el agua, me creí ya en el caso de dirigirle la palabra. Tengo entendido que es usted mi compañero de cuarto, caballero.

12 Y cuando él oyó esta palabra, estando bebiendo con los reyes en las tiendas, dijo a sus siervos: Poned. 13 Y he aquí un profeta vino a Acab rey de Israel; y le dijo: Así ha dicho el SE

En la época de la decadencia, cuando vivían en la calle de Belén, visitaba todos los días á las vecinas monjas de Góngora, conversando con ellas largas horas. Con ellas consultaba sus visiones y contravisiones, relatando sus deliquios y arrebatos de amor divino. Otros días llegaba muy apurada para contarles cómo había sentido unas terribles tentaciones, y que bebiendo vinagre se le habían quitado.

Era el descanso después de la pelea por doblar el cabo, la alegría de existir luego de haber sentido el soplo de la muerte, la vida en los cafés y las casas alegres, comiendo y bebiendo hasta la hartura, con el estómago lastimado aún por la alimentación salitrosa y la piel martirizada por los furúnculos del mar.

La ternura, la admiración, la dicha rebosaban de su pecho y ya no pudo apartar los ojos de los del Señor, bebiendo en ellos el misterio e inefable deleite de la gloria. El mismo deseo se presentó de nuevo en su mente. Esta vez lo formuló con palabras, cuyo aliento cálido resbaló por sus manos cruzadas delante de la boca.

No hablaba el Conde, sin embargo, porque estaba ensimismado e imaginativo. El poeta, por lo regular era quien hacía el mayor gasto de palabras cuando no hablaba el Conde. Aquella noche el poeta estaba en vena. Charlaba mucho, decía mil jocosidades, se las reían, y él era de los que se embriagaban con hablar y con ser aplaudidos, más que bebiendo vinos y licores.

Palabra del Dia

gallardísimo

Otros Mirando