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Actualizado: 17 de junio de 2025
Para ir al despacho de Arias, en la calle de San Pablo, le bastan a usted ocho minutos; cinco más para presentar las letras, son trece; echemos diez para ir a la Campana, a casa de Ricardo, son veintitrés; ocho para tratar con él la cuestión de los cuartos, son treinta y uno, y seis para venir de la Campana hasta aquí... echemos nueve... son cuarenta... A las once y cuarto, o a todo más a las once y veinte, puede usted muy bien estar de vuelta.
Me hacéis preguntar demasiado, Montiño; si no bastan los maravedises que os doy para que estéis bien servido, pedidme más. No importa lo que se gaste; necesito, para servir bien á su majestad, saber todo lo que sucede en palacio, y lo que sucediendo fuera de palacio pueda también convenir. Ese hombre es el sargento mayor don Juan de Guzmán. ¡Don Juan de Guzmán!
Pero hay más: en la comedia española disminuye el tiempo el dolor de Ximena por la muerte de su padre, y aumenta su amor y admiración por el Cid, merced á la larga serie de sus brillantes hazañas, y á las repetidas pruebas de su eterna fidelidad y cariño á ella; en la de Corneille, al contrario, bastan unas cuantas horas para que ofrezca su mano al matador de su padre, poco después de su muerte, y cuando hasta podría hallarse expuesto su ensangrentado cadáver .
¿No te bastan las ventanas abiertas? No. ¿Prefieres la compañía de las tinieblas a la de las jóvenes que han venido a festejar a mi hermana? Desde aquí veo desfilar sus elegantes siluetas, tan bien como en el salón.
Si son para el señor doctor repuso el buen viejo por fuerza han de ser las más hermosas. Ahora mismo voy a abrir los invernáculos donde están las más raras y allí hay de sobra donde elegir, si no bastan las de los parterres. » ¡Ay, qué gusto! exclamé palmoteando de alegría. ¿Y podemos llevarnos las que queramos? » ¿Todas, todas? preguntó Magdalena.
Solo sabemos que es una modificacion de nuestro ser, y nos es imposible explicarla. Todas las palabras no bastan para dar idea de una sensacion á quien no la experimenta; el ciego de nacimiento estaria oyendo cuanto han dicho y escrito los filósofos sobre la luz y los colores, sin poder imaginarse lo que son los colores y la luz.
Y así, en esta segunda parte no quiso ingerir novelas sueltas ni pegadizas, sino algunos episodios que lo pareciesen, nacidos de los mesmos sucesos que la verdad ofrece; y aun éstos, limitadamente y con solas las palabras que bastan a declararlos; y, pues se contiene y cierra en los estrechos límites de la narración, teniendo habilidad, suficiencia y entendimiento para tratar del universo todo, pide no se desprecie su trabajo, y se le den alabanzas, no por lo que escribe, sino por lo que ha dejado de escribir.
Estas tres virtudes teologales le bastan al cristiano para triunfar sobre los caducos principados de la tierra. Tal era la misión social y espiritual de la Iglesia primitiva, de la Iglesia apostólica. El día de los apóstoles San Pedro y San Pablo, consta en el Breviario un himno compuesto por Elpis, siciliana, mujer del filósofo Boecio.
Para empresa tan colosal no bastan las fuerzas del más hábil tribuno. ¡Qué efecto había de causar ante las Cortes, apoyada por un ignorante ridículo, que cree que es lo mismo sumar columnas de guarismos qué hablar ante la representación del país! Responda por nosotros la sesión de ayer.
SOLDADO. Bastan para atacar la puerta si nos ayudan los de fuera. RUIZ. Dices bien. SOLDADO. Vamos. SOLDADO. ¿Temes? RUIZ. ¡Yo!... No; pero queda mi señor todavía en el convento. SOLDADO. ¡Diablo! Ya... pero es cosa de un momento; un ataque imprevisto por la espalda y por la frente ... después ya no corre peligro. RUIZ. Vamos. LEONOR y MANRIQUE MANRIQUE. Alienta; en salvo estamos. LEONOR. ¡Ay!
Palabra del Dia
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