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Actualizado: 26 de junio de 2025


Aquellas señoras, clérigos y caballeros particulares estaban divididos en dos bandos enemigos en aquel instante; el bando de los envidiados y el de los envidiosos; el de los convidados a comer, que eran pocos, y el de los no convidados. Aunque se hablaba tanto de tantas cosas, la idea que preocupaba a todos era la del convite. No se aludía a él y no se pensaba en otra cosa.

Desiste, pues, D. Diego de su mando, Y deja que el Cabildo gobernase, Por aquesta manera procurando Que el Virrey su delito perdonase. Algunos de su parte y de su bando Le dicen al Virrey se presentase: Que en ver su poca culpa y su inocencia, Sin duda que usaria de clemencia.

Virey, D. Baltazar Hidalgo de Cisneros; y quede entendido que se le deben guardar las preeminencias del cargo que ha servido, y los honores correspondientes á su graduacion y clase. De todo lo que se instruye prontamente al público por bando. Dios guarde á V. E. muchos años. Buenos Aires, 25 de Mayo de 1810. Dr. Juan Nepomuceno Sola. Cornelio de Saavedra. Dr. Juan José Castelli.

D. Fernando VII y sus legítimos sucesores, y guardar puntualmente las leyes del reyno. Y mandaron, que por el Señor Alcalde de primer voto se impartan las órdenes necesarias para que la ceremónia se celebre con todo el aparato debido, y para que inmediatamente despues de concluida la instalacion de la Junta, se publique el bando.

Los del bando espiritista no se quedaron callados, y a su vez sacaron un papel, rotulado «La Nueva Revelación», en el cual trataron a los de «La Era» poco menos que como a cafres o negritos del Congo.

Las «potencias» fingían ignorar esta vecindad, procuraban colocarse en sus asientos de tal modo que sólo presentasen al lado contrario la punta de un hombro, y cuando más se alborotaba el bando de los «pingüinos», riendo de una noticia o admirando un objeto raro, ellas miraban obstinadamente al cielo o al mar con una indiferencia inconmovible.

De pronto el hombre que parecía compartir la opinión del jefe se apartó unos cuantos pasos, dio orden de formar, mandó sacar el prisionero y dispuso que, rodeado de un piquete, fuese conducido hasta los ruinosos y calcinados paredones de la estación, junto a la valla en que estaba fijado el bando prohibiendo la circulación de trenes.

Una de ellas fué el desfilar uno en pos de otro a cierta distancia, todos los socios de la tertulia por delante de él. Don Rosendo quedó de aquella vez sin saliva y con la garganta destrozada. Y en efecto, don Rosendo se había abstenido hasta entonces de hacerlo. Creía que debía guardar ciertas consideraciones al jefe del bando contrario.

Esto que supe puso en bando mis esperanzas, y tuve por mejor no haber hallado a don Fernando, que no hallarle casado, pareciéndome que aún no estaba del todo cerrada la puerta a mi remedio, dándome yo a entender que podría ser que el cielo hubiese puesto aquel impedimento en el segundo matrimonio, por atraerle a conocer lo que al primero debía, y a caer en la cuenta de que era cristiano y que estaba más obligado a su alma que a los respetos humanos.

Y en el supuesto que Vds. y los demas individuos principales que componen este cuerpo, admitan este partido que se les propone, se fijará en los lugares públicos y convenientes, despues que se lea en tono de bando y pregon, para que todos comunmente entiendan y se impongan en su contenido.

Palabra del Dia

rigoleto

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