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He visto con no poca admiracion, que el que dirigió los actuales, los delineó por las reglas de arquitectura militar, dictadas por el famoso Vauban; con baluartes y sus flancos arreglados, circundándolos de estacada y foso, gastando en todo mucha plata y tiempo inútilmente. Nuestros enemigos en la frontera no han sido ni pueden ser sino indios de á caballo, armados de bolas y lanza.

¡Ajá! ya están arreglados los bártulos... Lo mejor que puede hacer ahora... créame á ... es meter algo en el cuerpo. El tiempo que se gasta en comer, no se pierde. Los viejos hemos aprendido estas cosas al cabo de muchos años, y ustedes los jóvenes las aprenderán también... es verdad... El salchichón vino directamente de la fábrica.

»Con menos caudal que estas dos familias y con los trapitos arreglados en casa, forman en la misma clase, primeramente, las dos nietas del Indiano, aquel fachenda que usted conoció ya viejo.

Arreglados para ser adaptados á cualquiera geografía y muy especialmente á la Superior Universal de APPLETON. La colección de cartones y diagramas con instrucciones completas, todo colocado en una cartera de papel, 75 centavos.

Sin dudar ante la atrocidad de la acción que cometía y disculpándose, acaso, en el fondo, por la necedad misma de aquellas epístolas, Clementina cogió las cartas y las colocó muy á la vista en el cofrecillo, encima de todos los objetos cuidadosamente arreglados por Herminia. Después cerró la caja y quitando la llave, descendió al salón.

El amigo Gómez murmuró, como si empezase a perder la fe en el maestro: ¡Cuánta ceremonia para matarse dos hombres!... ¡Qué macana!... Isidro estaba conmovido realmente, con una emoción algo parecida al miedo. Estos desafíos arreglados a la ligera, por salir del paso, resultaban muchas veces los más trágicos. Un pavoroso presentimiento le avisaba que los proyectiles no iban a perderse.

Pero allá Dios le daba a entender, con guiñapos del Rastro y otros arreglados por ella, conseguía vestirle a su placer, y se recreaba en él; mirábase en aquel espejo que era su vida y sus amores; se henchía de satisfacción oyendo los encomios que del muchacho hacían las vecinas.

Allí se desarrollaba con más soltura su imaginación, poblando de seres fantásticos el camino y las arboledas, conversando muchas veces en voz alta con las heroínas de unos amores ideales, arreglados conforme al patrón de la última novela leída. Una tarde, al finalizar el verano, subía Rafael la pequeña montaña de San Salvador, inmediata a la ciudad.

El día 1.º de Septiembre ordené que en todas las embarcaciones filipinas enarbolaran nuestro pabellón; hecho que se cumplió en primer término, por los marinos de nuestra pequeña flota, compuesta de unas ocho lanchas de vapor españolas y de otros cinco buques de mayor porte intitulados Taaleño, Balayan, Taal, Bulusan, y Purísima Concepción, donados al Gobierno filipino por sus respectivos dueños, los cuales fueron enseguida arreglados en nuestro Arsenal para el servicio de cañoneras, dotándoles de piezas de 9 y 8 centímetros, que se sacaron de los buques de la escuadra española.

Arreglados mis bártulos, y después de comer precipitadamente, tomé el tren correo de Sevilla el día 4 de Abril de 188... Cuando hubieron cesado las despedidas, y el pito del jefe dio la señal de marcha y el prolongado tren salió de la estación, dirigí una mirada de examen a los que me acompañaban.