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Actualizado: 7 de mayo de 2025


Al ver al torero en las inmediaciones de la plaza se aproximaron a él algunos individuos astrosos, parásitos del circo, vagabundos que dormían de limosna en las cuadras, sustentándose con la caridad de los aficionados y las sobras de los que comían en las tabernas inmediatas.

Entonces las dos mujeres se aproximaron a la tumba y con la cabeza inclinada, permanecieron allí durante algunos instantes pensativas, conmovidas, recogidas. Luego, volviéndose las dos al mismo tiempo, con el mismo movimiento tendieron la mano al joven oficial, y continuaron su marcha hacia la iglesia. El padre de Juan había obtenido su primera plegaria en Longueval.

El uno era pequeño y nervioso, hablaba con vivacidad, poniendo toda su persona en movimiento, de aspecto alegre y fino; el otro, alto, frío, era infinitamente más elegante. Cuando se aproximaron para saludar a las jóvenes, todas ellas los recibieron con el aire de contento que se demuestra al ver llegar al fin a quienes se espera.

De pronto Ramiro levantó una pierna para cruzarla sobre la otra, y a un tiempo, como un solo ser, todos los roedores dispararon hacia los muros en instantánea fuga. Luego reaparecieron, se aproximaron, y cobrando confianza, rodearon por completo el asiento del joven hidalgo. Cuando Casilda regresó, Ramiro dormía profundamente. La muchacha contemplole un buen rato, temiendo quizá despertarle.

A la mesa, a la mesa dijo Alcántara . Estas óperas alemanas me excitan un hambre de lobo. Levantáronse todos del asiento y se aproximaron a la mesa, mientras Castro hacía sonar el timbre para avisar al mozo. El conde de Agreda los detuvo con un gesto.

La ilusión me hizo creer que la hermana San Sulpicio era la que gritaba reprendiendo a una niña. Mas las voces y las risas se aproximaron repentinamente, y apenas tuve tiempo a ponerme en la calle de dos saltos, cuando se abrió la puerta con estrépito y aparecieron hasta media docena de niñas y detrás de ellas dos criadas que se alejaron calle arriba.

Ambos avanzaban impávidos al través de la noche y la lluvia, presagiando la muerte. Siguieron un buen trecho a lo largo de la muralla y al llegar a la carretera de Sarrió tomaron por ella. No habían andado cinco minutos cuando oyeron cerca un gemido. Pararon en firme, y acercándose al pretil distinguieron un bulto; se aproximaron un poco más y vieron sentada una niña.

Porque los compañeros de armas del valiente Santiago, que se apretujaban los unos contra los otros, al oír aquel ruido imprevisto, se aproximaron tan bruscamente a él, que el desgraciado héroe fue precipitado por la escotilla que tenía a sus pies, y desapareció.

Harvey y Tragomer se aproximaron á miss Maud, y en el momento en que Mac-Kinley empezaba á decir: Fellow citizens of the senate..., el ganadero, señalando á su hija el joven, dijo: Te presento al vizconde de Tragomer, un amigo de tu futuro marido... Miss Harvey, mi hija. La delgada fisonomía de la americana se esclareció con una sonrisa.

Y los gañanes, según confesión de Zarandilla, «se dejaban querer», rezaban y bebían, fisgándose un tanto del amo con burlona gravedad, y llamándole «primo». La larga permanencia de Zarandilla al lado de Salvatierra, y la curiosidad que éste inspiraba, acabaron por vencer el apartamiento de los gañanes. Algunos se aproximaron, y poco a poco fue formándose un corro en torno del rebelde.

Palabra del Dia

atormentada

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