United States or South Korea ? Vote for the TOP Country of the Week !


Cuando nosotros entramos, parecía meditar profundamente no qué pasaje de un libro abierto sobre su pupitre; al aproximarme reconocí en aquel libro una de las obras maestras de nuestra metafísica, obra maestra, en efecto, de toda la aridez de corazón aliada a toda la presunción de espíritu.

Mis celos e ira se despertaron en el acto al ver aquello, y temiendo que pudieran oír mis pasos sobre el camino cubierto de dura nieve, me deslicé detrás de los árboles y tomé por encima del césped del parque, consiguiendo pronto aproximarme casi a la par de ellos sin hacer ruido ni atraer su atención.

Después, caminando con grandes precauciones, mirando a todos lados y procurando ir siempre pegado a algún transeúnte, me dirigí a casa de mi novia. Eran cerca de las diez cuando llegé. La ventana estaba ya cerrada, mas al aproximarme a ella se abrió con estrépito y apareció Gloria con semblante hosco. ¡Hijo, me has dao el rato! Creí que ya hasías rabona.

El aspecto alegre y fastuoso de esta morada me causó una verdadera contrariedad que no disminuyó, cuando, al aproximarme al terraplén, un ruido de voces jóvenes y alegres que se destacaba sobre los rumores más lejanos de un piano. Entraba decididamente en una casa de recreo, muy diferente del viejo y severo torreón que me había figurado.

Mientras me paseaba oía vagamente la sonata que estaba tocando al piano; era una melodía que ejecutada por mi hija me llenaba de gozo el corazón. »Aquel arrobamiento duró como un cuarto de hora. »Complacíame yo en aproximarme a aquella fuente de armonía, y después de deleitarme un instante me alejaba de ella para dar la vuelta al jardín.

Y señaló disimuladamente el grupo de damas en el cual algunas las más viejas, volvían sus ojos hacia Maltrana, como invitándole a aproximarse. Yo tengo mi público, y como todo hombre notable, tengo también mis enemigos y detractores. No puedo aproximarme a las nobles matronas y cambiar con ellas un saludo, sin que alguna me diga: «Cuéntenos algo.

Traté de retardar el momento de presentarme a mi amo; pero, al fin, el hambre, la desnudez en que me hallaba y la falta de asilo, me obligaron a ir. Mi corazón, al aproximarme a la casa de Doña Flora, palpitaba con tanta fuerza, que a cada paso me detenía para tomar aliento.

Unas semanas después, me dijo, un día en que habíamos hablado con singular confianza: Confiese usted que tuve razón al arriesgarme a los primeros pasos y que estábamos hechos para entendernos. ¿Por qué se separaba usted sistemáticamente de ? Es usted demasiado hermosa y no me atrevía a aproximarme.

Durante la travesía, que no fué de las más rápidas, recuerdo confusamente haber visto pasar ante mis ojos, bosques, claros, lagos y oasis de frescura, ocultos entre los valles; pero al aproximarme al castillo de Laroque, me sentí asaltado por mil pensamientos penosos que dejaban poco lugar á las preocupaciones del turista.