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Actualizado: 10 de mayo de 2025
Pero, a pesar de sus anatemas y de su aire regañón y contrariado, se le escapan palabras que denuncian una sensibilidad más excitada de lo que él quiere confesar. La juventud, unida al sufrimiento, tiene gracias a que no es posible resistir. Máximo de Cosmes a su hermano. 18 de julio. La revelación pública se hizo de improviso, ayer tarde.
la Buena Gloria, repito, continuó después en toda su escandalosa solemnidad, á despecho de sermones, de anatemas y del entremés citado; atravesó impávida épocas de tirantez é intolerancia, y sin que nada haya podido contra ella, logró aclimatarse en la moderna atmósfera de fósforo y vapor, y aquí existen todavía en uso sus inconcebibles prácticas .
Todo eso es horroroso le dije un día, tanto, que si hubiera de salvar yo alguna casa de esta ciudad de réprobos, sólo una señalaría en blanco. ¿La de usted? preguntó Magdalena. La mía precisamente para salvarme con usted. Al oír tales y tan rudos anatemas, Magdalena solía sonreír tristemente.
Véalo usted allí, levante los ojos y pida usted perdón al autor de mis días... ¡marido depravado y perverso! Y Pollion caía fulminado por los anatemas. Así habían pasado los días del primer matrimonio de mi tío.
Aborrecíale en aquellos momentos más que si viniera á darle la muerte; y le inspiraba más pavor que si fuese satanás en persona. El monstruo miró al autor de un modo que le hizo temblar; alargó la mano pronunciando palabras que aterraron al infeliz, cual si fueran anatemas de la Iglesia ó sentencia de inquisidores.
Así escriben este suceso Posevino en su Aparato sacro, i Luis de Páramo en su Origen de la Inquisicion, autores antiguos i fanáticos: lo cual prueba bien claramente cuanto se engañan aquellos autores que corrompiendo la verdad creen que este suceso es invencion de los estranjeros para manchar la buena fama de los Reyes Católicos, ó por mejor decir, de Fernando V. El mismo Torquemada, orgulloso con haber estorbado los designios de este favorables ya á los desventuradisimos hebreos, dió un furibundo edicto en que vedaba, conminando con los mas fuertes anatemas á los que caminasen en contrario, que ningun cristiano, pasado el plazo señalado en la real cédula, diese alimento ni otra cosa á los judíos que aun no se hubiesen convertido á la fe de Cristo.
De un lado ponía los compromisos caballerescos y legítimos, que la misma Iglesia amparaba como algo sacrosanto, más precioso que la vida; del otro, los pactos ilícitos, los juramentos anatemas, en contra de la majestad de Dios o el interés de la Iglesia, y de los cuales era menester desligarse, sin demora, pues si la muerte sorprendía a un alma con semejante pecado, arrojábala derecho a las peores torturas del infierno; sobre todo si el juramento era hecho en favor de los enemigos de la religión.
Apóstol fanático de la limpieza, a la que seguía sus doctrinas la agasajaba y mimaba mucho, arrojando tremendos anatemas sobre las que prevaricaban, aunque sólo fuera venialmente, en aquella moral cerrada del aseo. Cierto día armó un escándalo porque no habían limpiado... ¿qué creeréis?, las cabezas doradas de los clavos que sostenían las estampas de la sala.
Era tan rastrero y cobarde, que, á pesar de su ira, habló para fulminar anatemas contra los que aún soñaban con la restauración del absolutismo. El atentado de esta noche se ha reprimido dijo el ministro. ¡Quiera Dios que podamos impedir los que traten de perpetrar mañana! Es preciso buscar en su origen el remedio de este mal.
Pero la misma ofendida no extremaba mucho, como parecía natural, los anatemas contra el seductor, por cuya razón tuvo Maximiliano que redoblar su furia contra él, llamándole monstruo y otras cosas muy malas. Fortunata veíase forzada a repetirlo; pero no había medio de que pronunciara la palabra monstruo.
Palabra del Dia
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