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Actualizado: 23 de mayo de 2025
Los carabineros registraban las casas, buscando los fardos de contrabando traídos por los hombres, y las amazonas empleaban su acometividad nerviosa en el ocultamiento de las mercancías ilegales, haciéndolas pasar de un escondrijo á otro con astucias de salvaje.
Los muros, pintados por los más viejos artistas del país, representaban el nacimiento y las aventuras de las divinidades marítimas. Después de su triunfo, la República de las mujeres había regalado este palacio á las amazonas del ejército, que acudían todos los días de fiesta á ejercitarse en la natación.
Este es el periodo de una de esas emigraciones generales, en que los pájaros ribereños abandonan las regiones del sud, ya demasiados secas, para ir á buscar los bañados de Moxos y del Amazonas que empiezan á despejarse, dejando sobre la llanura cantidad de pescados, cuya fácil adquisicion presenta pasto abundante á esos volátiles viageros, que llegan allí á millares.
Pero la Sanguijuelera, cortándole la palabra, se echó un mantón sobre los hombros y salió con su sobrina, tomando el camino de la calle de las Amazonas, adonde llegaron pronto. Capítulo III Pecado «Ese tunante de Pecadillo dijo la Sanguijuelera metiéndose por un portal obscuro no sospecha que viene a verle su hermana. No te conocerá. Era un cachorro cuando te fuiste. Pero qué..., ¿no ves?
Después del regocijo provocado por su presencia, las amazonas quedaron como asombradas de la conducta impúdica del coloso. ¡Era un hombre!... ¡Y este hombre, en vez de huir con el recato propio de su sexo, osaba permanecer allí, contemplando á todo un batallón desnudo!... Ningún varón de sus familias hubiese hecho esto.
De este modo me puse en la mision del Cármen de Moxos, y visité esta vasta provincia, donde, sobre una superficie de trece á catorce mil leguas, treinta y tres rios navegables estan ofreciendo al comercio y á la industria vias ya trazadas en medio de una sola llanura, que da orígen á todas las grandes corrientes meridionales, tributarias del famoso Rio de las Amazonas.
De este modo no necesitaría que sus amazonas persiguiesen á los insurrectos á flechazos. Ellos mismos iban á matarse, pues los rayos prodigiosos harían estallar entre sus manos las máquinas anticuadas que acababan de adquirir ilegalmente. Pero al dirigir contra los revolucionarios los rayos negros, siempre poderosos, quedó absorto viendo su ineficacia.
Ha llegado el momento de echar una mirada de conjunto sobre esta inmensa región de la América Meridional que se extiende desde el Istmo de Panamá a las tierras vírgenes e inexploradas donde comienza a correr el Amazonas, que se llamó virreinato de Santa Fe, bajo la dominación española, Nueva Granada más tarde, y que hoy ha reivindicado para sí el glorioso nombre de Colombia, que cobijó la reunión de tres repúblicas del Norte, confederadas bajo la inspiración de Bolívar, separadas al día siguiente de su muerte.
Los tripulantes del lagarto volador examinaban la misma nube, pero con el auxilio de aparatos ópticos. Una de las amazonas aéreas le gritó algunas palabras en su idioma, al mismo tiempo que señalaba con un dedo la remota mancha blanca. El gigante le contestó con una sonrisa indicadora de su comprensión. A partir de este momento la nube fué tomando para él contornos fijos.
Los aborígenes del Nuevo Mundo desprecian al arroyo porque ven correr con su terrible majestad los grandes ríos como el Madeira, el Tapajoz y el Amazonas; pero esas enormes masas de agua no las comprenden ni siquiera lo necesario para apreciar su potencia, y al contemplarlas se quedan como estúpidos.
Palabra del Dia
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