United States or North Macedonia ? Vote for the TOP Country of the Week !


En Arabia, los fanáticos soberanos de Wahabites hacían tapar cuidadosamente todas las fuentes termales y minerales, por temor á que sus súbditos, convencidos de la virtud de las aguas de sus manantiales, se olvidaran de poner toda su confianza en el solo poder de Alah.

Aquí respondieron estamos componiendo las oraciones que se han de recitar mañana por las calles y campos para que Alah, el Altísimo, nos envíe su lluvia, la fértil y placentera, y nos retire su langosta, la voraz y devorante. Recitamos también sus alabanzas y altacabiras con voz apacible y corazón limpio y conmovido.

El magnífico cuanto peregrino espectáculo que ha herido la imaginación aun infantil de nuestra linda y tierna sultana, sálvela Alah, ¿no será explicación bastante para este desmayo o parasismo? ¿Pues estos sentimientos llevados al último punto por el placer de verse la noble esposa del más guerrero, generoso y amable de los sultanes y aquí añadía el orador una cáfila de alabanzas y epítetos, por supuesto sin mezcla de lisonja médica no es suficiente motivo para tal arrobamiento?

Y vosotros, ¿en qué os ocupáis? preguntó también Abu-el-Casín a otros vejetes de ojillos hundidos, frente estrecha, nariz roma y de gesto en que a un tiempo se retrataba la envidia y la vanidad. Nosotros contestaron nos afanamos por descubrir en nuestro estudio y fijar la noche en que Alah envió el libro santo y divino a su profeta y favorecido Mohamad.

Estas gentes daban en sus escritos, no el retrato fiel de los pasados siglos, sino su peculiar y mezquino modo de ver y apreciar las grandes acciones de los califas, sultanes y héroes, gloria y prez del Islám. ¡Alah le sea agradable a todos!

Por consolarme arrendé una hermosa circasiana, que era la mas cariñosa persona á solas con un hombre, y la mas devota en la mezquita. Una noche, entre los suaves gustos de amor, exclamó dándome un abrazo: Alah, Ilah, Aláh, que son las palabras sacramentales de los Turcos; yo pensé que fuesen las del amor, y dixe con mucho cariño: Aláh, Ilah, Aláh.

Aquí la naturaleza aletargada no se despertó nunca por los cuidados del hombre. Aquí los elementos no se mueven en torno de , así como los animales de una isla descubierta por la vez primera no se asustan con las miradas del hombre. Pero, ¡oh Alah! yo no soy aquí el primero ni el solo venido.

Por fin libré mi prepucio y mi trasero por mil zequíes, y me escapé corriendo á Persia, resuelto á no oir en Turquía misa griega ni latina, y á no decir nunca Aláh, Ilah, Aláh en los ratos de los gustos de amor. Así que llegué á Ispahan, me preguntáron si era del partido del carnero negro ó del carnero blanco. Respondí que lo mismo me daba uno que otro, con tal que fuera tierno.

Allí encontró gran número de doctores y alfaquíes que estudiaban noche y día en el libro bajado del cielo, en la manifestación de los decretos de Alah, en una palabra, en las suras y aleyas del divino Alcorán.

¡Sálvelos Alah a entrambos! Por ahora le respondió gravemente el agradable capitán de la guardia africana , incorporaos e id, que si es preciso, ya se os avisará del cómo y cuándo habéis de tomar posición a cuatro patas con vuestros dignos cofrades.