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En el año de 1565 formaron varios habitantes principales de Madrid una hermandad, que se tituló de La sagrada Pasión, con el objeto de alimentar y vestir á cierto número de pobres; pero poco después se extendieron más sus atribuciones, cuando, bajo la protección del rey y del Consejo de Castilla, se encargó de la dirección de un hospital para mujeres pobres y enfermas.

Yo, un hombre dado al estudio, una verdadera polilla de biblioteca, un hombre ya en el declive de sus años, que empleó los mejores de su vida en alimentar su afán devorador de saber, ¿qué tenía que ver con una belleza y juventud como la tuya?

Así soy, así me he vuelto en estos últimos años, y aunque tu amor y tu cariño alegran mi existencia; aunque eres para mi alma desmayada luz y regocijo, en ciertos momentos se entenebrece mi alma y me complazco en alimentar mi pena, hundiéndome voluntariamente en la tristeza.

Se sonríe mirándolo con aire triste, y continúa: Tienen verdadera necesidad de él en casa; porque, ya lo ves, hay tres chicos todavía, que alimentar y vestir sin contar que, desde que yo partí, tienen que valerse de una criada. ¿No tienes hermanas? pregunta Juan. Ella menea la cabeza y dice, lanzando de improviso una risotada: ¡Es escandaloso! Ni siquiera una, de la cual pudieras hacer tu mujer.

Es probable respondió el Capitán, que se había quedado pensativo . Ese salvaje procurará jugarnos alguna mala pasada; pero estaremos sobre aviso, y al primer indicio de peligro nos refugiaremos en el junco. ¿Habrá alguna tribu por estos contornos? Creo que esta costa es demasiado estéril para alimentar a una tribu entera; pero en el interior de la península, los salvajes no deben faltar.

A más de ser el número de lectores menor en absoluto, lo es también relativamente: si en Francia leen diez por cada ciento, en España no lee siquiera uno, entre otras razones, porque no saben, y es fuerza, por lo tanto, que este uno o este medio por ciento eche sobre sus hombros la carga de alimentar a todos los que con razón o sin ella nos dedicamos a escribir para el público.

Pero la idea de abandonar al hijo de sus entrañas en manos de mujeres sórdidas y empleados brutales la había horrorizado siempre. Luchó bravamente cuanto pudo, privándose ella bastantes veces del necesario sustento para alimentar al niño, que ya contaba cerca de tres años. Había llegado, sin embargo, el fin del combate y resultaba vencida.

Lo que importa es alimentar el ideal del bien. Aquel que una vez se ha desviado y después entra en el buen camino, ¿no es más digno de premio que el que siempre siguió la vía recta? Hubo un tiempo en que yo pensaba que ésta fuera la injusticia de la fe cristiana y usted misma me ha hecho volver a mis creencias.

Hago la misma solitaria vida bajo el mismo techo, envuelta en mi propia tristeza y leyendo en compañía de Alfonso, su esposa y mi Sofía, cuya educación no me da cuidado porque parece ya haber salido instruida y piadosa de la cuna. Leemos por las noches en compañía de mi esposo y mis hijos, junto al hogar, cuantos libros pueden alimentar sanamente el alma y el espíritu.

Los que tal imaginasen no saben lo que es el amor cuando prende en el corazón de un artista. Timoteo se complace siempre en alimentar este amor con incesantes y secretas meditaciones y gusta de exhalar sus quejas lánguidamente por medio del violín. Presentación lo sabe. Sabe que todos los nocturnos melancólicos, lo mismo que las arias trágicas desgarradoras, a ella van dirigidos.