United States or Czechia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Contábase entre éstos el poderoso D. Alfonso de Fonseca, hijo natural de esta ciudad, oriundo de una noble familia, y que más tarde ocupó la Silla arzobispal de Santiago, recibiendo la dignidad de Patriarca de Alejandría, con la que más comúnmente es conocido en la Historia.

Obliga á sus personajes á correr de Levante á Poniente, del Septentrión al Mediodía, ya dando batallas, ya danzando en amoríos; el lugar de la escena es ya Alejandría, ya Babilonia, ya Irlanda ó Siebenburga. La acción es frecuentemente un conjunto de sucesos contradictorios de la más extraña especie.

Amrú, lejos de quemar la Biblioteca de Alejandría, protegió las artes, la industria y el comercio, é hizo que el Egipto volviese á florecer. Los papiros que describe el Catálogo dan repetidos testimonios de esta benéfica suavidad de la conquista musulmana.

El poderoso Patriarca de Alejandría había tenido un hijo en su juventud, como él Alfonso de nombre, y que, como él, llegó á ser con el tiempo Arzobispo; y aunque las historias suelen confundirlos por las circunstancias de ser ambos Arzobispos, ambos Fonsecas de apellido, ambos Alfonsos de nombre, y ambos, en fin, patronos de grandes fundaciones, fácil es distinguirlos cuando en ellos se para bien la atención.

Abu Hafáz, cargado de botín y con mayor número de naves y de gente que se le había allegado, aporta a Alejandría. Merced a las discordias civiles que allí hubo entonces, logra apoderarse de aquella ciudad magnífica y la conserva durante algún tiempo. El califa de Bagdad envía contra él un poderoso ejército.

8 El soldado más herido, y vivo después de muerto, de D. Pedro de Estenoz y Lodosa. 9 El maestro de Alejandro, de D. Fernando de Zárate. 10 San Pedro de Arbués, de D. Fernando de la Torre. 11 Sólo el piadoso es mi hijo, de D. Juan de Matos, D. Sebastián de Villaviciosa y D. Francisco Avellaneda. 12 La Rosa de Alejandría, la más nueva, de D. Pedro Rosete.

Razón tenía usted en decir que me iba a dar un susto. ¡Ave María Purísima! ¡Quién había de pensar!... Y por algunos momentos no dejó de hacerse cruces y proferir exclamaciones. Repuesta al fin un poco, llamó a Carlota. ¡Niña, no seas ridícula, ven aquí! Y en voz baja añadió: ¡Pobrecilla! La ha puesto usted en un apuro. Vino Carlota hecha una rosa de Alejandría por lo roja y por lo hermosa.

Y aquí debo apuntar que la casa de Fonseca fué, durante siglos, la más poderosa de Salamanca, así en lo civil como en lo eclesiástico, y que, aparte de sus grandes guerreros, la hicieron célebre en toda la cristiandad aquel severísimo Arzobispo de Santiago y Patriarca de Alejandría de que tanto hablan las historias, y otro Arzobispo de Santiago y de Toledo, hijo suyo, á quien debieron los salmantinos importantísimas fundaciones, como diremos oportunamente.

Debido á esto hace treinta siglos que preside á los destinos de la poesía, y que domina en todas las bellas artes. ¿Qué le falta á los ojos de los hombres sérios para ser un hombre completo? No ser poeta, es decir, no haber escrito el libro mas sublime que haya producido el ingenio humano, y por el cual el mundo quemaría diez bibliotecas como la de Alejandría. ¿Esto es sério?

24 Llegó entonces a Efeso un judío, llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras. 25 Este era instruido en el camino del Señor; y ferviente de espíritu, hablaba y enseñaba diligentemente las cosas que son del Señor Jesús, enseñado solamente en el bautismo de Juan.