Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 22 de junio de 2025
No solo con S. Gerónimo hizo esto, sino tambien con S. AGUSTIN, á quien impugnó disfrazándose con el nombre de PHEREPONO, y hablando de este santísimo y sapientísimo Doctor, y de su alto y profundo saber, como pudiera hablar de un niño que va á la Escuela.
Razón tiene V. de horrorizarse... Ella lo repugna... lo entiende... pero cree que no debe resistir á la autoridad materna. Eso será lo que tase un sastre. ¡Pues no faltaba más! Obedecerá á su madre; pero antes obedecerá á Dios. Diligendus est genitor, sed praeponendus est Creator. Es sentencia de San Agustín. Además dijo el Comendador, Clarita ama á otro hombre.
D. Saturnino Alvarez, Tesorero del Real Consulado; el Sr. Dr. D. Agustin Pio de Elia, Abogado de esta Real Audiencia; el Sr. D. Miguel de Escuti, vecino y del comercio; el Sr. D. Pedro de Arteaga, Oficial segundo de la Secretaría de Gobierno y Guerra del Vireinato; el Sr. D. José María de las Carreras, vecino y del comercio; el Sr.
Ya apenas oía a nadie hablar de Magdalena aparte Oliverio a quien veía muy poco, y Agustín a quien ella había atraído a su casa, sobre todo después que yo desaparecí.
¡Ah! ¡Agustín de Avila, el honrado alguacil de casa y corte! Pues mira, él no dice de ti lo mismo. Sólo se le ocurre un defecto que ponerte. Me importa poco. Maravíllase mi amigo de que teniendo por amante un hombre tal como yo, puedas vivir al lado de un marido tal como el tuyo. ¿Y qué le he de hacer? Ya te lo he dicho... ¡Oh! ¡nunca!... ¡nunca!... ¡qué horror! exclamó Luisa.
Preséntasenos en ella, además del Santo, que da nombre á la obra, y que en el primer acto es un joven de veinte años, y muere en el último á la edad avanzada de noventa y nueve años, nada menos que San Gregorio Nacianceno, San Agustín y San Dámaso, el arcángel San Rafael, el Demonio, un León y un Asno; y como si no hubiese bastante con tales desatinos, figuran también, entre los personajes, el Mundo, Roma y España.
Diligencias que habréis hecho vos solo, sin intervención de otra persona alguna. Sí, señor. Leed. «Yo, Agustín de Avila...» Adelante. «...llamado por su señoría el señor conde de la Oliva...» Adelante, adelante. «...encontré á su señoría herido malamente...» Al asunto.
Los médicos de Madrid pedían a Felipe IV que se dejara la basura en las calles, «porque siendo muy sutil el aire de la ciudad, ocasionaría grandes estragos si no se impregnaba del vaho de las inmundicias». Y un siglo después, un teólogo famoso de Sevilla retaba en un acto público a que discutiesen con él esta tesis: «Más queremos errar con San Clemente, San Basilio y San Agustín, que acertar con Descartes y Newton.»
Aun hice más: procuré no pensar más en ella. Me sumergía en el trabajo. El ejemplo de Agustín me hubiera causado emulación si naturalmente no hubiese tenido gusto en ello.
Para el convento de la Encarnación y el de san Agustín, pintó cinco grandes cuadros y nueve para la Merced, pero casi todas estas obras son hoy desconocidas y habían desaparecido ya de dichos templos muchas en 1844.
Palabra del Dia
Otros Mirando