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Actualizado: 4 de octubre de 2025


Muy satisfecho el Conde de este plan, que le hace concebir las esperanzas más risueñas, se apresura á avisar á García la visita que le aguarda, advirtiéndole al mismo tiempo que no se por entendido de su aviso. Como García no ha visto nunca al Rey, el Conde le dice que lo conocerá por una gran banda encarnada de una orden de caballería que lo distingue.

Los que sienten la fe son los menos; los más, entran en el mundo eclesiástico porque ven la Iglesia todavía triunfante y dominadora en apariencia y creen que dentro de ella les aguarda una carrera prodigiosa... ¡Infelices! Yo también fui conducido al altar, entre música y gritos oratorios, como si marchase al triunfo.

Y lo que más es de admirar: que apenas uno ha caído donde no se podrá levantar hasta la fin del mundo, cuando otro ocupa su mesmo lugar; y si éste también cae en el mar, que como a enemigo le aguarda, otro y otro le sucede, sin dar tiempo al tiempo de sus muertes: valentía y atrevimiento el mayor que se puede hallar en todos los trances de la guerra.

El amor no tiene atractivo para él, sino cuando la dama aguarda toda la noche a su galán en una ventana del castillo, sin miedo a catarros ni a reumatismos, y el galán despacha al otro barrio media docena de deudos para llegar hasta ella.

Pero, volviendo al asunto, el mundo, señorita, es un valle de lágrimas. Váyase usted acostumbrando a esta idea. Afortunadamente hemos nacido y vivimos en el seno de la religión verdadera, y sabemos que hay un más allá, sabemos que en ese más allá, señorita, nos aguarda el premio de nuestros afanes; sabemos que hemos de volver a ver a los que hemos perdido...».

La recomendación del señor de Guzmán nos ha abreviado el camino, sin duda alguna; pero le aseguro a usted que sin ella hubiéramos llegado también al punto a donde desea llegar la señora marquesa, y le aguarda para recibir sus órdenes este su inútil servidor.

No faltes... Aunque tarde mucho, aguarda siempre en el portal... Adiós, hasta luego. Nolo se apartó de la ventana lleno de gozo y de zozobra al mismo tiempo. No se le pasó por la imaginación que aquel paso arriesgado pudiera tener consecuencias graves para ambos: era demasiado valeroso para pensar en el resultado de sus acciones.

una palabra y de tu gracia el sello Pondrá la mano que las leyes guarda. No, no: yo voy á doblegar mi cuello Sobre el cadalso donde Dios me aguarda. ¿Á dónde vas? Entre ángeles divinos Á descansar en brazos de mi Dios. nos conviertes; sigue tu destino! En tu sepulcro llorarán! ¡Á Dios! ! : yo voy entre ángeles divinos Á descansar en brazos de mi Dios!

El toro llega y, como presintiendo la inminencia del peligro, rehusa en el primer momento el ataque formal. Acaso adivina luego que si no muere heróicamente ó si no mata, le aguarda la pena infamante del cachete.

Ignoro, señora Vizcondesa, cómo la ha educado usted, pero afirmo que lo que sucede no tiene sentido común. ¡Señor!... Cecilia ha leído mis obras. Eso quería yo decir. ¡General!... Olvida usted... Dice usted bien. Olvido que la cena nos aguarda.

Palabra del Dia

reclinándose

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