United States or Mozambique ? Vote for the TOP Country of the Week !


En medio de todo, harto tengo que agradecer á Jesús y á María Santísima, que se apiadan de , á pesar de lo indigna que soy, y disponen que no se solemnice mi falta con el escándalo. Favor sobrenatural del cielo es, sin duda, el que siga oculto el móvil que ha impulsado á D. Carlos á venir aquí. La gente cree que vino y está aquí por . ¡Cuánto debo agradecerte que cargues con esta culpa!

El jayán, para agradecer el aumento de jornal, trabajaba como un desesperado, acometiendo la tierra con su azadón, sin respirar apenas entre golpe y golpe, y los otros infelices tenían que imitarle para no quedarse atrás, manteniéndose, con esfuerzos sobrehumanos, al nivel del compañero que servía de acicate.

Quiero obsequiar con una copa a todos los valientes que conmigo han salvado a Jerez. Porque, créeme, Ferminillo, que soy yo, sólo yo, quien ha resistido a esos pillos. Mientras las tropas estaban en los cuarteles, yo estaba en mi sitio. ¡Me parece que la ciudad me lo debe agradecer, haciéndome algo!... Pasó un pelotón de jinetes, con los caballos al trote.

El marido experimentaba impresiones contrarias; sentía el regocijo íntimo del orgullo satisfecho, y al mismo tiempo, no acabando de comprender cómo Aldea le había podido elevar hasta ser pater patrie, sentía vagamente el disgusto de tener que agradecer a tal hombre, a un cualquiera, tamaña honra.

Creyó que debía agradecer tanto entusiasmo mostrando algún interés por la persona del panegirista... ¿Qué había hecho él en los últimos tiempos?... Yo, señora, he estado donde debía estar. No me he movido de aquí. He presenciado el «sitio» de París. En vano su razón protestaba de la inexactitud de esta palabra.

Mina reía de sus juramentos de amor acompañados de gestos trágicos, y lo convidaba á comer, exigiéndole que no faltase á sus costumbres y siguiera fumando entre plato y plato un largo cigarro atravesado por una paja, que esparcía un olor pestilente. Una noche, el conde, para agradecer sin duda estas amabilidades, la invitó á un cinematógrafo.

No sabiendo, pues, cuánto le daban, el cura no sabía cómo agradecer; balbuceaba: Os doy muchísimas gracias, señora; sois demasiado buena, señorita. En fin, como no agradeciera lo bastante, Juan creyó deber intervenir. Mi padrino, estas señoras acaban de daros dos mil francos. Entonces, presa de una gran emoción y agradecimiento, el cura exclamó: ¡Dos mil francos, dos mil francos para mis pobres!

Pero a pesar de todas estas lecturas pasadas y futuras, se figuraba el organismo humano con una especie de conciencia en cada dedo y en cada víscera y en cada humor; y lo de agradecer el estómago, por ejemplo, las medicinas, lo tomaba al pie de la letra.

Despues de agradecer á V.E. la confianza que conceptúa de mi débil capacidad para haber de formar juicio en una materia de tanta consideracion é importancia, y tan recomendada por su Magestad, pasaré con el celo con que deseo emplearme en su real servicio, á expresar á V.E. lo que siento en este particular.