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Actualizado: 8 de septiembre de 2025
Con lo primero le destruimos; con lo segundo, le damos el carácter de un atributo de la divinidad. Negar el tiempo, es negar la luz del sol; elevarle al rango de atributo de la divinidad, es admitir mudanza en el ser inmutable. La pura subjetividad nos conduce á la negacion; la objetividad á la divinizacion: ¿no habrá un camino medio?
Muchos se inclinan á este parecer; pero los más antiguos exponen los inconvenientes que se seguirían de admitir en la orden á un personaje de tan humilde origen, porque su padre, San José, es un pobre carpintero, y la Santa Virgen, su madre, una costurera. Nuestro Señor espera muy inquieto la resolución de los caballeros, que, al fin, con alguna pena rechazan su pretensión.
Le conozco: el pobre mozo iría a presidio por tu culpa. La advertencia era inútil. Para evitar la venganza de Rafael, había mentido ella, fingiendo sus crueles desvíos. Fermín continuó hablando con tono sombrío, pero imperiosamente, sin admitir réplica.
Su inteligencia, tardía en comprender, se acostumbró a admitir lo que le daban pensado, como preferible al trabajo de pensar por cuenta propia; y la facilidad con que pudo seguir la carrera por aquella protección que se le dispensaba, le hizo poco humilde.
Con esto quedó todo el ejército que estaba debajo de su mano, resuelto de no admitir el infante por el rey; y á la verdad su intento no era excluir á Don Fadrique por D. Fernando porque con ninguno de ellos se pudiera conservar, pero como hombre sagáz, y que conocia al infante por uno de los mejores caballeros de su tiempo, y que no tendría mala correspondencia con el rey tu tio, le propuso al ejército para que excluyesen al rey, prefiriendo al infante, de quien estaba cierto que no lo admitiria, y como la mayor parte del ejército con este engaño de Rocafort se declaró por el infante contra el rey, despues no quisieron elejir á quien una vez excluyeron.
Trabajo le costó a Isidora admitir la funesta verdad que se le quería anunciar con caritativas precauciones, y tragando saliva para deshacer aquel nudo que en su garganta se formaba, habló con medias palabras de esta manera: «Quién sabe... Todavía... Pero yo quiero verle. Vamos, que no... Ya...». El buen señor estaba impaciente. Tenía que hacer.
Su terreno montuoso, y lleno de inmensos bosques espesos, les proporcionaban unas ventajas, que si ellos las hubiesen conocido, puede presumirse se habrian detenido poco en admitir el partido de sedicion que tanto lisonjeaba sus corazones, con la esperanza de una absoluta libertad, de que son en extremo amantes.
El amor propio adopta muchas veces el disfraz del amor por pura satisfacción de orgullo. Y esto lleva a muchas señoritas a admitir y hasta a estimular las insinuaciones del hombre, que toma por sentimiento real los fingimientos de que es víctima en forma de sonrisas prometedoras, de miradas simulando aquiescencia, de gestos y signos, en fin, que expresan lo contrario del verdadero propósito.
No veo ninguna dificultad en admitir la idea de un número infinito, ni que de ella resulte contradiccion de ninguna clase. . Número es una coleccion de unidades; esta idea nosotros la tenemos en toda su generalidad; para concebir el número, no necesitamos saber ni de qué clase son ni cuántas. La idea de número en general prescinde absolutamente de semejantes determinaciones.
De suerte que el primero parece haberse propuesto imitar á Salustio y Tacito; y así unas veces ama la oscuridad, y otras deja dislocadas y sin sentido las clausulas; sino es que esto sea mas bien vicio de los Codices que del Autor; pero MONCADA imitando á Julio César en la pluma, como lo habia hecho con la espada, es tan puro y elegante como él; porque nuestra lengua como hija de la Latina es capaz de admitir todos sus primores; y no le es inferior en la ciencia militar, y en los consejos políticos que á menudo mezcla con oportunidad.
Palabra del Dia
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