Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 23 de junio de 2025
«¿Ven ustedes? decían las miradas triunfantes de la Fandiño. Todas somos iguales». Y sus labios decían: ¡Pobre Ana! ¡Perdida sin remedio! ¿Con qué cara se ha de presentar en público? ¡Como era tan romántica! Hasta una cosa... como esa, tuvo que salirle a ella así... a cañonazos, para que se enterase todo el mundo. ¿Se acuerdan ustedes del paseo de Viernes Santo? preguntaba el barón.
Aquella fe que en otro tiempo provocaba sus burlas le parecía ahora algo superior. ¡No poder conocer la resignación de las almas humildes!... Persistía en ella la incredulidad de sus tiempos dichosos. Los que gozan las dulzuras de la existencia no se acuerdan de la muerte ni piensan en lo que pueda haber después de ella.
Pero yo averiguaré.... Veremos, Gabriel... pensaremos en ello. ¿Y los canónigos? ¿Y el cardenal? ¿No se opondrán a que la pobre muchacha vuelva a las Claverías? ¡Bah! La cosa ocurrió hace tiempo y pocos se acuerdan. Además, la muchacha podemos llevarla a un convento, para que esté recogidita y tranquila, sin escándalo de nadie. No; eso no, tía. Es un remedio cruel.
Los niños ceden á un impulso de su organizacion, al buen ó mal estado de su salud, á la disposicion atmosférica que los afecta agradable ó desagradablemente; en desapareciendo estas causas se cambia el estado de sus espíritus: no se acuerdan del momento anterior, ni piensan en el venidero; solo se rigen por la impresion que actualmente experimentan. ¿No hace esto mismo millares de veces el hombre mas serio, mas grave y sesudo?
Diana oculta á su amante en un nicho inmediato á su aposento, en donde permanece muchos días, hasta que huye viéndose en peligro de ser descubierto. Los amantes acuerdan entonces usar de una nueva astucia, que promete ser el remate y corona de todas. Diana sale de su casa disfrazada y con velo, sin ser vista de su hermano, mientras la espera Lisardo.
Le han hecho firmar un sinnúmero de tarjetas postales con «pensamientos» filosóficos y galantes para ellas y para todas sus amigas coleccionistas; le han sacado retratos con autógrafo, y ahora, terminada la explotación, no se acuerdan de él. Es un sabio de malas ideas. El abate las acapara a todas.
Los negros la ocasion consideraron, Y acuerdan entre sí un ardid famoso: Los frenos á sus amos les hurtaron, Ardid sutil de guerra y peligroso. Entre ellos el concierto fabricaron, Con animo maldito y alevoso, Pensando que Francisca allí viniera, Y en libertad á todos les pusiera.
¡Se acuerdan ustedes de la Pallavicini! ¡Qué voz de arcángel! decía Foja, socarrón, escéptico en todo, pero creyente fanático en la música de los cuartetos de ópera de lance. ¡Oh, como el barítono Battistini, yo no he oído nada! respondía el escribano, que estimaba la voz de barítono, por lo varonil, más que la del tenor y la del bajo. Pues más varonil es la del bajo decía Foja.
Razonte sale en busca de Angélica; abrázala tiernamente tras tan larga ausencia; declárale las palabras del oráculo, y acuerdan ambos que Razonte finja creer en la metempsícosis y pasar por un héroe de la antigüedad. Entran en la habitación de los padres de Angélica. BEATRIZ. ¿Qué veo? ¿Razonte? ¿No os he dicho millares de veces, que renunciéis para siempre á mi hija? Sólo Héctor será su marido.
Sólo algunas familias nobles, especialmente en las islas, tomaron el nombre patronímico de Catalán. Aún se acuerdan de nosotros confusamente, pero se acuerdan decía Ferragut.
Palabra del Dia
Otros Mirando