Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 11 de junio de 2025


Pensó que acaso Lea escuchaba también acechando con ansia su partida, y como si hablase á una sombra dijo en voz muy baja: Jenny, que está usted ahí. ¡Loca! Ábrame usted. Va en ello su salvación... Los momentos son preciosos... La engañan á usted... Escúcheme...

Los atlots despreciados se retiraban, cuando no sentían gran interés por la muchacha, trasladando sus amores algunas leguas más allá; pero si estaban realmente enamorados, seguían acechando la casa, y el preferido tenía que pelearse con sus antiguos rivales, llegando milagrosamente al casamiento a través de cuchillos y pistolas. La pistola era como una segunda lengua del ibicenco.

Aconteció lo mismo en tres días consecutivos: acechando Cervantes a doña Guiomar, entreviéndole ella un momento, y enamorándose ambos más y más a cada vez que se entrevían, hasta que al fin Miguel, no pudiendo ya guardar en su pecho el volcán amoroso que en él, abrasándole, se alimentaba, juntó a sus amigos, pidió le acompañasen con sus guitarras, compuso el soneto que ya se conoce, y aquella noche se fue a cantarle bajo los balcones de doña Guiomar, sobreviniendo por esto lo que ya se ha relatado.

Nuestra fortuna fué tal que no solo tuvimos ese placer durante algunos minutos, sino que logramos ver el espectro solar en toda su aterradora magnificencia, y la formacion súbita de una borrasca del lago de Lucerna. El alba comenzaba apénas cuando mas de trescientas personas nos hallábamos en el punto culminante, acechando el momento en que el sol debia asomar por encima de los Alpes.

¡Oigan! ¿De qué es la tristeza? ¿No estaba alegre esta moza? ¡Qué pensativas están! 1790 Pienso que andaba don Juan Acechando una carroza. Quien te me enojó, Isabel, Que con lágrimas lo pene: Hágote voto solene 1795 Que pueden doblar por él.

¿Quiere vuestra señoría que avise al ujier de cámara de su majestad? dijo Ruy Soto. Esperad un momento; decíais que estábais acechando... ; , señor, á dos hombres sospechosos que no han cesado de pasearse desde el obscurecer y en silencio, por la galería de la derecha. ¿Y qué trazas tienen esos hombres? Malas, señor; pero aunque las tuvieran muy buenas, la tenacidad con que se pasean...

Ocultáronse al fin todos en el último recodo del camino, y sólo quedó la llanura árida, la polvorienta carretera, el pueblo de barracas, el colegio solitario, silencioso como una jaula de jilgueros vacía, y a lo lejos, acechando entre la bruma, Madrid, la gran charca.

Gorra en mano, y acechando al hablar con sus ojos pequeños y vivos todo el contorno, repitió la historia que Medrano le había referido, en lo alto de la torre, durante una hora de beodez. Juraba por todos los santos, daba los más verosímiles indicios, y afirmaba que cuando doña Guiomar se había casado con el caballero Lope de Alcántara ya estaba preñada del moro.

En el arte el aislamiento es el que hace la fuerza. Nuestro joven se daba alguna vez cuenta de ésta y otras verdades que Núñez le soltaba a quema ropa. En ciertos momentos veía lo estéril de aquellas críticas y lo triste de estar acechando y comentando el trabajo de los otros descuidando el suyo.

Pocos son los que viajan en alta mar y pocos en el fondo: casi siempre se mantienen en la orilla acechando alguna presa. A menudo, mientras están aguardando que bostece la ostra para almorzársela, el mar se hincha, apodérase de ellos, se los lleva rodando. En este momento el peligro está en su armadura: sólida, sin elasticidad, recibe todos los golpes en seco, rudamente.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando