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Sin usted yo hubiera sido una mujer muy perversa.... Temo que el día en que usted me falte lo sea. Los únicos momentos en que siento un poco de blandura en el corazón son los que paso a su lado. Parece, mamá, como si usted me transmitiera algo de esa virtud tan grande que tiene....

Ante la barbarie refinada, fría y cruel del sabio ambicioso, prefería la barbarie pueril y modesta del salvaje: le molestaba menos, y además no era hipócrita. Por esto los únicos enemigos que le inspiraban conmiseración eran los soldados obscuros y de pocas letras que se pudrían en aquellas tumbas.

Además de los notoriamente inútiles, como cojos, mancos, ciegos, etc., eran exceptuados los que tenían su mujer encinta o ejercían cargos públicos, así como a los ordenados de Epístola; pero no había excepción por razón de cosecha o labores del campo. Los únicos rechazados de las filas, sin tener aquellos reparos, eran los negros, mulatos, carniceros, verdugos y pregoneros.

Los desdichados, en sus rebeliones, no se equivocaban al odiar una religión que exige al miserable que se resigne con su suerte y no reclama de los ricos más que una caridad de la que ellos son los únicos jueces, pudiendo graduarla conforme á su egoísmo.

Los vecinos todos se habían retirado ya a sus casas, perfectamente convencidos de que la humedad es causa de muchas enfermedades. Los balcones del café de la Estrella eran los únicos que estaban iluminados. La lluvia difundía por la atmósfera un rumor levísimo que apenas traspasaba los cristales para llegar a los oídos de la joven. A Rosarito le tocó hacer la sultana.

En cambio, estaba esplendorosamente vestida con telas de vivos colores, que formaban triste contraste con su rostro marchito, minado por la enfermedad. Los únicos convidados eran Alvaro Peña y don Rufo. Pachín, el buen Pachín, vestido de máscara, abrió la puerta y dijo con voz sonora que Ventura le había ensayado: La señora está servida.

Los únicos recuerdos que me quedaban de la existencia de mi padre eran éstos: en los escasos momentos en que le daba un poco de reposo la enfermedad que le consumía, salía, ganaba a pie el muro exterior del parque y se paseaba horas y horas tomando el sol, marchando penosamente apoyado en un grueso bastón, dándome la impresión de la ancianidad decrépita.

¿Es que tal vez el hombre no es digno de otra suerte Y así es que tiene siempre el dolor y la muerte por los únicos polos del eje de su vida? ¿El hombre es un conjunto de espíritu y materia? ¡Combinación que pasma! ¡Dualismo que contrasta! Para explicar la vida con toda su miseria, el espíritu sobra, pues la materia basta. La vida es el producto de todas las funciones de la materia sola.

Cuídese usted, don Ramón, decían los curas amigos, únicos que osaban aludir a los desórdenes de su vida. Va usted haciéndose viejo y a su edad, vivir como un joven, es llamar a la muerte. Sonreía el cacique, orgulloso en el fondo de que los hombres conocieran sus hazañas, y volvía a sumirse en su rabiosa hidropesía, sintiendo que cada trago de placer le quemaba con nuevos deseos.

Los únicos viajes que nunca me cautivaron fueron los del atildado alumno del insoportable Mentor, y todavía confieso á V. que no he podido reconciliarme con el célebre y para empalagoso libro del Sr. Fenelon. Pero vinieron los años y con ellos los trabajos; comencé á vagar y disipáronse naturalmente mis ilusiones de viajero.