United States or Burkina Faso ? Vote for the TOP Country of the Week !


Miguel de Zuheros no estaba de muy buen humor y repugnaba recibir a los derviches; pero donna Olimpia y Teletusa, que habían oído hablar de sus extravagantes y vertiginosos bailes y del extraño método que empleaban para llenarse de furor divino y entrar en la vía unitiva, intercedieron por ellos y consiguieron que subiesen sobre cubierta.

En aquel momento sonaron fuera de la alcoba voces, precipitados pasos, ruido de armas y rechinar de puertas. Aquella sensación, que avisaba a Miguel de Zuheros un peligro presente y real, disipó de su espíritu las sombrías imaginaciones, que sin duda una muy natural coincidencia había creado.

De aquí que Fray Miguel de Zuheros, si de alguien había recibido muestras de cariñosa simpatía, había sido del Padre Ambrosio, y si algo los interiores tormentos de su espíritu había revelado a alguna persona, esta persona había sido el mencionado Padre. Durante su ausencia, pues, Fray Miguel había vivido más aislado y mudo que nunca.

Interpelado así bruscamente, contestó Miguel de Zuheros: Déjate de eso ahora. En asuntos más graves debemos ocuparnos y más gloriosas empresas nos conviene acometer. Dime, sin embargo, pues no te niego que soy curioso, algo más que sepas de donna Olimpia. Poco más puedo contarte. Si hemos de creer lo que ella refiere, no ha habido, en lo que va de siglo, mujer más victoriosa.

En premio de estos servicios el infante D. Sancho, ya rey, donó al concejo de Córdoba las villas de Baena, Luque y Zuheros.

Yo estoy harto dijo Miguel de Zuheros de guerras y de amores. En extremo me afligen los estragos y las muertes que preceden o suceden a cada victoria y a cada triunfo. Aún ansío laureles, pero han de ser incruentos y pacíficos. ¿Y qué más pacíficos laureles que los que yo alcanzaría, si me embarcase de nuevo, y por mar, navegando siempre hacia oriente, volviese a mi patria?

Al notar Miguel de Zuheros lo mucho que sabía su doncel, en apariencia con tan poca edad que apenas le apuntaba el bozo, se daba a sospechar si sería más viejo que él y si estaría como él remozado o si de cualquiera otra suerte habría vivido largas y sospechosas vidas anteriores.

Fray Miguel de Zuheros permaneció en silencio por no saber qué contestar, lleno de dudas y recelos. Era naturalmente incrédulo y desconfiado, y su corta ventura y los muchos y tristes años que había vivido, habían arraigado en su alma y acrecentado más cada día la incredulidad y la desconfianza.

El anhelo de ser servidas y adoradas es tan poderoso en las mujeres, aun en las más recatadas y honestas, que las mueve a atropellar muchos respetos y a ponerse en ocasión de graves dificultades y compromisos. Sin duda no fue amor lo que Miguel de Zuheros inspiró a aquella dama: fue sólo sobrada y muy poética estimación de su gallarda apostura, elegancia, bizarría y ameno trato.

Nada censuraría yo si se limitasen estos amoríos a ser un galante y fugaz pasatiempo, pero los hallo muy mal si son serios. El inaudito esfuerzo que el Padre Ambrosio hizo para remozarte, no debe tener tan mezquino resultado. Tu amonestación contestó Miguel de Zuheros es infundada y hasta perversa.