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Actualizado: 12 de julio de 2025
Francamente, yo no lo sabía, ni lo sé aún. Cuando recorrimos el campo francés, pudimos observar la terrible situación de nuestros enemigos. Los carros de heridos ocupaban una extensión inmensa, y para sepultar sus tres mil muertos, habían abierto profundas zanjas, donde los iban arrojando en montón, cubriéndoles luego con la mortaja común de la tierra.
Esa era la ocasión en que todos los miembros de la sociedad de Raveloe y de Tarley ya fueran antiguas relaciones separadas por largos caminos llenos de zanjas, ya fueran relaciones enfriadas por disidencias relativas a la posesión de terneras escapadas, o ya las relaciones establecidas por una condescendencia intermitente , contaban encontrarse y conducirse según las conveniencias recíprocas.
Casas humeando aún por el incendio, árboles rotos, zanjas, el suelo sembrado de municiones de guerra, cajas, correas de artillería, bayonetas torcidas, instrumentos musicales de cobre aplastados por los carros. En la cuneta de la carretera se veía a un muerto medio desnudo, sin botas, con el cuerpo cubierto por hojas de helechos; el barro le manchaba la cara.
El sendero, sepultado en las oscuras profundidades del pinar, era casi impracticable; pero el jaco, que no desmentía las aptitudes especiales de la raza caballar gallega para andar por mal piso, avanzaba con suma precaución, cabizbajo, tanteando con el casco, para sortear cautelosamente las zanjas producidas por la llanta de los carros, los pedruscos, los troncos de pino cortados y atravesados donde hacían menos falta.
La soledad le desorientaba... Y el automóvil fué avanzando con lentitud, sin más norte que los grupos de sepulturas, siguiendo la carretera central, lisa y blanca, metiéndose por los caminos transversales: zanjas tortuosas, barrizales de relejes profundos, en los que daba grandes saltos que hacían chillar sus muelles.
Facundo acomete la ciudad con todo su ejército, y es rechazado durante un día y una noche de tentativas de asalto, por cien jóvenes dependientes de comercio, treinta artesanos artilleros, diez y ocho soldados tiradores, seis coraceros enfermos, parapetados detrás de zanjas hechas a la ligera y defendidas por sólo cuatro piezas de artillería.
Sobre las zanjas al aire libre habían atravesado vigas de las casas arruinadas; sobre las vigas, tablones, puertas, ventanas, y encima del maderaje varías filas de sacos de tierra. Estos sacos estaban cubiertos por una capa de humus de la que brotaban hierbas, dando al lomo de la trinchera una placidez verde y pastoril.
En la Villa del Río Cuarto encuentra una resistencia más tenaz, y Facundo permanece tres días detenido por unas zanjas que sirven de parapeto a la guarnición. Se retiraba ya, cuando un jastial se le presenta y le revela que los sitiadores no tienen un cartucho. ¿Quién es este traidor?
Los mayores miraban con semblante serio las huellas de la lucha; los pequeños, riendo alegremente, triscaban como cabritillos; todos iban buscando vestigios del paso de la tropa y mostrándose mutuamente las peñas donde chocó una granada, la tierra removida en el piso de las zanjas y el musgo manchado por la sangre; pero lo que más les regocijaba era recoger cartuchos vacíos.
El padre, impaciente por verle, propuso que los llevasen á ellos á este sitio avanzado; pero su petición hizo sonreir al jefe y á los otros militares. No eran para visitas de paisanos estas zanjas descubiertas, á cien metros, á cincuenta metros del enemigo, sin otra defensa que alambrados y sacos de tierra.
Palabra del Dia
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