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Actualizado: 29 de mayo de 2025
Y Uscovilca le respondió, que semejante empresa que aquella, que para sí la queria, y que por su mano la queria él acabar; y luego invió un mensajero suyo á Inca Yupanqui, por el cual le invió á decir que se holgaba mucho de saber que con él quisiese probar sus fuerzas y ánimo de mancebo, que se aderezase él y los suyos que con él estaban, que de allí á tres meses se queria ir á ver con él; que porque dél no se quejase, le queria dar espacio de tres meses para que con él mejor se pudiese ver, y ansí mismo aderezarse de las armas y gente que le paresciese.
Ni este pensamiento puede oponerse en manera alguna á la política que hasta aquí se ha observado con esta nacion, porque atendiendo á que los del reyno del Perú reconocian á los Incas por sus soberanos y reyes, y les pagaban sus contribuciones en prueba del vasallage que les rendian, como no ha sucedido esto así con los del reyno de Chile que residen tierra adentro, no parece disconforme que, aunque á aquellos se le pensionase con el tributo que señala la ley, se dispense con esta semejante contribucion, una vez que, segun nos cuentan las historias, los emperadores peruanos, no llegaron, ni pudieron pasar con su conquista, de la tierra de los Promocaes, y rio caudaloso de Maule, que divide la provincia de este nombre de la de Cauquenes, por la ferocidad y braveza de los que habitan en esa parte hácia el sur; quedando el rio señalado por términos del imperio, de órden de Yupanqui, décimo Inca de aquella dinastía.
Inca Yupanqui y los tres señores mancebos ya dichos, quedáronse en la ciudad con cada sendos criados que quedarse quisieron con ellos, los cuales criados se llamaban Pata Yupanqui, y Muru Uanca , y Apo Yupanqui, Uxuta Urco Guaranga; los cuales quedaron solos, que no quedó con ellos otra persona más destos criados suyos.
CAP. XIII. En que trata de cómo se juntaron, despues de un año pasado, los señores caciques, y cómo Inca Yupanqui hizo reparar los dos arroyos que por la ciudad del Cuzco pasan; y cómo casó los mancebos solteros que habia, y cómo dió órden en el proveimiento de comidas que en la ciudad del Cuzco eran necesarias y república dél.
Y viendo Viracocha Inca la ciudad tan bien obrada y edificada é los edificios della, é supo la órden y gobierno que Inca Yupanqui en ella habia puesto, ansí de los depósitos como de lo demás, tocante al bien de su república, y el amor que todos le tenian, ansí los de la ciudad como los demás caciques y señores, por el buen gobierno con que los gobernaba y mercedes que él ansí les hacia, en presencia de todos los señores del Cuzco y caciques que allí estaban, viendo la suntuosidad que representaba la ciudad é sus edificios, dijo Viracocha Inca á Inca Yupanqui: "Verdaderamente tú eres hijo del sol; yo te nombro rey y Señor."
Y volviendo á nuestra historia, este Señor Inca Yupanqui, como quisiese hacer casa y adoratorio á quien él reverenciase y los demás de su pueblo, quiriendo lo hacer á reverencia y semejanza del que habia visto ántes de su batalla, y considerando él quel que ansí viera, á quien él llamaba Viracocha, que le vió con gran resplandor, segun ellos dicen, y en tanta manera que le paresció que todo el dia era allí delante dél y su lumbre, lo cual viendo delante de sí, dicen que hubo gran pavor, y que nunca le dijo quién fuese; considerando él en sí, cuando esta casa queria edificar, que aquel que viera, segun la lumbre que en él habia visto, que debia de ser el sol, y que como llegase á él y la primera palabra que le dijese "Hijo, no tengas temor," y ansí los suyos, como la historia os ha contado, le llamaron despues Hijo del Sol; y tiniendo él ansí lo que ya habeis oido, propuso de hacer esta Casa del Sol.
Inca Yupanqui era mancebo muy virtuoso y afable en su conversacion; era hombre que hablaba poco para ser tan mancebo, é no se reia en demasía de manera, sino con mucho tiento; y muy amigo de hacer bien á los pobres; y que era mancebo casto, que nunca le oyeron que hobiese conocido mujer; y que nunca le conocieron los de su tiempo decir mentira é que pusiese cosa que dejase de cumplir.
CAP. VII. En que trata cómo despues de quedado Inca Yupanqui en la ciudad, Uscovilca invió sus mensajeros á Viracocha Inca como supo que se habia retraido al peñol; y cómo ansimismo, sabido que Inca Yupanqui se quedaba en la ciudad y al fin que se quedaba, y cómo le invió sus mensajeros ansímismo al Inca Yupanqui; y cómo Inca Yupanqui envió á pedir socorro á su padre y á las demás provincias en torno de la ciudad, y lo que entre ellos pasó.
Y estando en esto, llegó á Inca Yupanqui un capitan suyo de los que él con la gente de guarda traia, y díjole que habian visto salir cierta gente de guerra de allí del peñol, los cuales habian salido uno á uno y de dos en dos, y que era mucha cantidad de gente la que habia salido, y que algunos de ellos llevaban lanzas y alabardas, é que iban por el camino do ellos habian venido; que sospechaba que aquestos fuesen á tomar algun paso para desque volviesen, ó que fuesen á tomar y robar lo que ellos en la cibdad del Cuzco tenian, y á tomársela.
Este casamiento y su reputacion de gran lenguaraz le valieron ser nombrado el año de 1558 por el marqués de Cañete, intérprete y negociador con fray Bautista García en la conversion y reduccion de Inca Xairi Tupac Yupanqui, retirado en los Andes, las cuales se llevaron á cabo felicísimamente.
Palabra del Dia
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