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Actualizado: 26 de junio de 2025
Las altas chimeneas como negros fantasmas, ni aun en aquella hora avanzada de la noche, dejan de vomitar vapores infernales. Nolo y Demetria las contemplan con horror y se muestran satisfechos cuando las dejan atrás. Llueve de nuevo y de nuevo se refugian bajo el corredor de una casa.
Últimamente, después que se hubo bien desahogado, se salió de la estancia sin dejar de ladrar y gruñir y vomitar amenazas de muerte. A la segunda vez que Sánchez le presentó el cartón no se satisfizo con esto. Lo cogió airado entre los dientes y en menos de un segundo lo hizo trizas. Sánchez comprendió que era necesario esperar que se calmase aquella cólera insensata.
Sospechó el Padre que el demonio en forma visible hacía de las suyas con la enferma; por lo cual, procuró confesarla con mayor diligencia, mas la infeliz nunca quiso vomitar aquellos pecados feos, porque padecía tanto en el alma y en el cuerpo.
En fin, alabada sea su Divina Majestad, si todo esto lo manda para hacerte vomitar, como a otro San Ignacio, la ponzoña del mundo. No olvides, hijo mío, de qué modo tan patente el Señor ha querido arrancarte de los mesmos brazos de la muerte, que todos lo habemos tenido por milagro, y mira bien cómo te cumple pagar esa segunda vida que te concede.
El tanque, que contenía una tonelada de combustible, salía de las entrañas del barco, se remontaba hasta la punta del puente aéreo y, deslizándose con incesante chirrido, entraba tierra adentro para vomitar su contenido en una de las varias montañas de hulla que se interponían entre aquella parte del establecimiento y la ría.
En medio de sus dolores cefalálgicos, el infortunado joven se caldeaba más la mente arbitrando remedios o paliativos de la ansiedad que le dominaba. A poco de vomitar, dijo a su mujer: «Se me ocurre una idea que resolverá las dificultades... Nos iremos a Molina de Aragón, donde tengo mis fincas. Abandono la carrera y me dedico a labrador... Quieres, ¿sí o no?
En las corridas, de cada cien veces, una a lo más, saldrá un hombre herido o muerto, pero en el combate a puñetazos no se concibe que queden nunca ilesos los campeones, uno de ellos al menos saldrá con las narices rotas, con un ojo destrozado o hinchado, o con tales contusiones en el pecho que le lastimen las entrañas y le hagan vomitar sangre o le causen la muerte.
Porque él ha encadenado la Prensa, no permitiendo que haya otros diarios que los que tiene destinados para vomitar sangre, amenazas y mueras, el nuevo Gobierno extenderá por toda la República el beneficio de la Prensa, y veremos pulular libros de instrucción y publicaciones que se consagren a la industria, a la literatura, a las artes y a todos los trabajos de la inteligencia.
Al ver los heridos y al tener noticia por las breves palabras de algún soldado del incidente de don César, los curiosos ciudadanos se creyeron en el caso de indignarse, y contentándose al principio con manifestarse unos a otros sus pensamientos hostiles, concluyeron por vomitar furiosas injurias contra los presos, apostrofándoles en voz alta, como si todos hubieran recibido de ellos algún agravio.
La situación es tremenda, y empezando por versos de amor materialista puro, como los catorce sonetos, se viene á caer en ella, más tarde ó más temprano, á no desviarse pronto del mal camino. Las visiones de Baudelaire y de Rollinat espeluznan y descomponen el estómago; dan horror y asco: es menester ser valientes y robustos para resistirlas sin vomitar ó sin caer desmayado.
Palabra del Dia
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