Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 25 de junio de 2025


De todo corazón deseaba, y con todas sus fuerzas iba a procurar conquistar la estimación y tranquilo afecto de las dos mujeres. Trataría de no ver demasiado la belleza de Zuzie y Bettina; trataría de no perderse, como lo hizo la víspera, en la contemplación de los cuatro piececitos colocados sobre los dos taburetes del jardín.

No han cambiado una palabra, una mirada, un pensamiento que pueda temer la luz del día; pero sus almas han perdido la flor de la inocencia. Llega la víspera de San Juan. Sopla un viento caliginoso. La tierra está como embriagada; desaparece bajo las flores.

Porque, al fin y al cabo, ¿impediría con sus actos personales las esperanzas que da el ayer? Se había puesto a considerar la víspera su situación desde un falso punto de vista. Estaba furioso contra Dunstan, y no había pensado más que en una ruptura completa de su convenio mutuo.

Todavía bajo el imperio de la dolorosa escena de la víspera no había podido aún Beatriz dominar sus angustias cuando recibió por la mañana el lacónico billete por el cual la señora de Aymaret la preparaba para tener con ella una importante entrevista.

Comprende entonces lo que ha pasado en él la víspera de San Juan, por qué ha tirado el vaso al suelo... y hace un movimiento como para romperlo por segunda vez... No es más que un impulso de tortura infernal; después, esa luz se apaga, y se hace la noche a su alrededor, una noche sombría y llena de angustias.

Leticia, en opinión de Ángel, era «una gran señora», de mucho entendimiento, y amiga y contemporánea de la marquesa; se interesaba vivamente por la suerte de Luz, y parecía quererle mucho; a él, a Ángel, no se diga..., hasta vergüenza le daba no haber correspondido, con una triste visita siquiera, al cariñoso empeño con que ella se las pedía cada vez y donde quiera que le encontraba... Cabalmente la víspera, yendo él por la Carrera de San jerónimo hacia el Prado, subía ella en carruaje.

Todo lo que sabemos es que la Ligera, llena de tropas para Crimea, había zarpado de Tolón la víspera por la tarde, con mal tiempo. De noche todavía, empezó a arreciar el temporal. Viento, lluvia, mar alborotado como nunca. Por la mañana amainó un poco el viento, pero el mar continuaba tan fiero; y a todo esto, una maldita bruma del demonio, que no permitía distinguir un fanal a cuatro pasos.

Sólo habían transcurrido unas pocas, y otra vez iba a bajar cautelosamente al interior del buque en busca de una mujer en la que no pensaba poco antes. Si alguien le hubiese anunciado esto por la mañana, al levantarse, habría reído incrédulamente. Contaba con los dedos, para reconstituir en su memoria los sucesos de los últimos días. El domingo, víspera del paso de la línea, Maud.

¡Qué triste y silencioso estaba el edificio, que en el día rebosa de animación y de gente! Las puertas cerradas, las bombas de gas apagadas, las banderas, con que se engalanara la víspera, enrolladas al asta por el viento, todo envuelto en la niebla, como en un sudario.

El que perdía, generalmente hacendado, pasaba al día siguiente a la hacienda de su ganador, el número de fichas-chinois que había perdido la víspera... En Bogotá no se hila tan grueso... y en el Perú pasaron también esos tiempos. Pero los bogotanos son famosos por su habilidad en el tresillo. Martín, Holguín, De Francisco... no tienen rivales.

Palabra del Dia

aconséjele

Otros Mirando