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Actualizado: 31 de mayo de 2025
Me alegré de ver a Pepita tan gallarda a caballo; pero desde luego presentí y empezó a mortificarme el desairado papel que me tocaba hacer al lado de la robusta tía doña Casilda y del padre vicario, yendo nosotros a retaguardia, pacíficos y serenos como en coche, mientras que la lucida cabalgata caracolearía, correría, trotaría y haría mil evoluciones y escarceos.
El mencionado manuscrito, fielmente trasladado a la estampa, es como sigue. Cartas de mi sobrino 22 de Marzo. Querido tío y venerado maestro: Hace cuatro días que llegué con toda felicidad a este lugar de mi nacimiento, donde he hallado bien de salud a mi padre, al señor vicario y a los amigos y parientes.
Si de mis cartas anteriores resultan encomios para el alma de Pepita Jiménez, culpa es de mi padre y del señor vicario y no mía; porque al principio, lejos de ser favorable a esta mujer, estaba yo prevenido contra ella con prevención injusta. En cuanto a la belleza y donaire corporal de Pepita, crea Vd. que lo he considerado todo con entera limpieza de pensamiento.
El vicario se encogió de hombros y miró a Pepita con cierto susto, porque nada sabía, y le llamaba la atención la vehemencia con que ella se expresaba. Pepita prosiguió: Padre mío, yo no debí llamar a Vd., sino ir a la iglesia y hablar con Vd. en el confesonario, y allí confesar mis pecados.
De cada religión podía nombrarse un religioso, cual convenía para superior o vicario, de los de su orden.
Casi siempre se me adelanta el excelente padre vicario, que atribuye nuestra amistad a la semejanza de gustos piadosos, y la funda en la devoción, como la amistad inocentísima que él le profesa. El progreso de mi mal es rápido. Como piedra que se desprende de lo alto del templo y va aumentando su velocidad en la caída, así va mi espíritu ahora.
Si en lugar del antiguo manto, viejo y raído que tenía la Virgen de los Dolores, luce hoy un flamante y magnífico manto de terciopelo negro, bordado de plata, Pepita es quien lo ha costeado. Estos y otros tales beneficios el vicario está siempre decantándolos y ensalzándolos.
A pesar de todo le escribí, y la carta no debió llegar, porque no tuve contestación. Mientrastanto, doña Celestina y el vicario habían decidido casar a la Shele. Como sabes, aquí a los matrimonios que se hacen entre la gente del campo, atendiendo sólo al dinero, se llaman la venta de la ternera.
Pepita, que se había levantado para despedir al padre vicario, no bien volvió a cerrar la puerta y quedó sola, de pie, en medio de la estancia, permaneció un rato inmóvil, con la mirada fija, aunque sin fijarla en ningún objeto, y con los ojos sin lágrimas. Hubiera recordado a un poeta o a un artista la figura de Ariadna, como la describe Catulo, cuando Teseo la abandonó en la isla de Naxos.
Me encantan, sobre todo, la sencillez, la sobriedad en hiperbólicas manifestaciones de sentimentalismo, la naturalidad, en suma, con que el señor vicario ejerce las más penosas obras de caridad. No hay desgracia que no remedie, ni infortunio que no consuele, ni humillación que no procure restaurar, ni pobreza a que no acuda solícito con un socorro.
Palabra del Dia
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