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Actualizado: 19 de junio de 2025
Allí todo sonrie, denotando un modesto bienestar, y cada pueblo es un enjambre de casas graciosamente rodeadas de huertos y jardines; con gentes bien vestidas, de bella raza, de fisonomías francas, risueñas, inteligentes y amables que brindan robustez y contento.
Dícese en él, entre otras cosas, que las acusaciones que se hacen contra las composiciones dramáticas de la época, se fundan principalmente en que esas piezas, sobre todo si han de ser admitidas por actores ó actrices, necesitan que, en su representación, haya mujeres graciosas, bonitas y bien vestidas.
Era una mañana de otoño; el pueblo comenzaba a desperezarse, las brumas iban subiendo por el monte Izarra y del puerto salía, despacio, una goleta. Llegamos a Aguirreche; estuvimos un momento, y después, mi abuela, la tía Úrsula y mi madre, vestidas con mantos de luto, y yo con la Iñure, nos dirigimos a la iglesia.
Dos señoras vestidas de negro han subido en París.
Al principio del auto aparecen las Almas, como mujeres vestidas de blanco; la Memoria, en forma de mancebo bello y robusto, y la Voluntad, con traje de labradora. Llegada es ya la ocasión De mi nueva embarcación A la gloriosa ciudad De la celestial Sión. Esta es la playa arenosa De corporal juventud; Buscar es cosa forzosa Nave, en que nuestra salud Corra bonanza dichosa.
Ambas rubias y ambas vestidas con singular gracia y elegancia: en Madrid esto última no tiene nada de extraordinario porque las mamás, que han renunciado a ser coquetas para sí, lo continúan siendo en sus hijas y han convenido en hacerse una competencia poco favorable a los bolsillos de los papás.
Los ingleses, como sucede en todos los sitios, vehículos y líneas de excursion, estaban en mayoría, representados principalmente por una media docena de young ladies robustas, rubias, rosadas y vestidas caprichosamente.
Los gringos trasladaban los árboles del sitio donde los había hecho nacer Dios: ¡y todo por una mujer!... Las gentes del pueblo eran más atrevidas en sus juicios, formulándolos á gritos. Algunas mujeres, las mejor vestidas, censuraban á la marquesa: ¡La grandísima... tal! ¡Las cosas que los hombres hacen por ella!
Pero al transcurrir los días, su carácter se fué ensombreciendo. Le molestaba salir á la calle con René, simple soldado, y además del servicio auxiliar... Las mujeres del pueblo, excitadas por el recuerdo de sus hombres que peleaban en el frente ó vestidas de luto por la muerte de alguno de ellos, eran de una insolencia agresiva.
Sus miradas se dirigen sin cesar hacia el camino, por donde, entre el polvo y el sol, las mujeres, vestidas con trajes claros, llegan a pie o en carruaje. ¿Buscas a Gertrudis? pregunta de improviso detrás de él la voz de Martín. Se estremece, violentamente sacado de su ensueño. ¿Pero qué tienes, muchacho? ¿Acaso te duele haber marrado el tiro, a estás durmiendo en pleno día?...
Palabra del Dia
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