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Al fin se detuvo y se calmó la ventolera aquélla; y recogiendo lo que antes había puesto sobre la mesa y colocándolo interinamente en las sillas inmediatas, levantó el ala que aquélla tenía libre y plegada, y no las dos, por no necesitarse para solo tanto espacio, según tuvo la bondad de advertirme; tendió sobre el tablero resultante un blanquísimo mantel; puso sobre éste una botella de vino, un cubierto de plata maciza y de anticuada forma, dos vasos de cristal, tres platos amontonados, una torta de pan, tibio todavía, según me dijo la complaciente señora, porque no hacía aún dos horas que había salido del horno del corral; un queso duro, de ovejas, y cosa de medio maquilero de nueces y avellanas.

Que se dedica á los frailes, añadió el de Visayas. Por lo cangrejos, terminó Sandoval. ¡Justo, y se llamará torta de frailes! Todos repitieron en coro: ¡torta de frailes! ¡Protesto en nombre de uno! dijo Isagani. ¡Y yo, en nombre de los cangrejos! añadió Tadeo. ¡Respeto, señores, más respeto! volvió á gritar Pecson con la boca llena.

La pobre mujer no podía ofrecer nada más que una taza de leche y torta de borona, pero «¡cómo había de comer cosa tan ruin la señora condesaQue lo coma para que sepa cómo viven los pobres dijo Pedro con cierto énfasis brutal. La condesa, lejos de ofenderse, le dirigió sonriendo una mirada humilde y aceptó de manos de su espantada madre la taza de leche y la torta.

TORTA DE MERENGUE. Se hace un bizcocho del tamaño y forma que se desee, se coloca en una fuente, y se vierte un almíbar a buen punto, con un poco de jerez; se pincha el bizcocho, para que se introduzca el almíbar. Sobre la torta se pone merengue, haciendo que tome la forma de pirámide, salpicándolo con grajeas o espolvoreando con canela.

Y Filipinas sin fraile y sin indio, ¿qué le pasará al pobre gobierno en manos con los chinos?» ¡Comerá torta de cangrejos! contestó Isagani á quien le aburría el discurso de Pecson. ¡Y es lo que debemos hacer! ¡Basta de discursos!

Quiero pasar en silencio, por no molestar al lector y porque no me tilde de prolijo y tal vez de goloso, los hojaldres hechos de flor de harina y manteca de cerdo en pella; los multiformes bizcochos, entre los cuales sobresale la torta o bollo maimón; los nuégados, los polvorones, las sopaipas, los almíbares y las perrunas, exquisitas, a pesar de lo poco simpático del nombre que llevan.

8 Galaad, ciudad de obradores de iniquidad, ensuciada de sangre. 10 En la Casa de Israel vi suciedad; allí fornicó Efraín, se contaminó Israel. 3 Con su maldad alegran al rey, y a los príncipes con sus mentiras. 5 El día de nuestro Rey los príncipes lo hicieron enfermar con odre de vino; extendió su mano con los escarnecedores. 8 Efraín se envolvió con los pueblos; Efraín fue torta no vuelta.

TARTA DE MANZANAS. Bátanse más yemas de huevo que claras con una buena mermelada de manzanas bien cocidas; añádase suficiente cantidad de azúcar y un poco de nuez moscada, y se extiende sobre un suelo de masa en hojas de seis o siete vueltas; se levantan los bordes como los de una torta cualquiera y se pone en el horno sobre una lata de hierro o una hoja de papel engrasado; se dora, y se sirve caliente o fría, según los gustos.

Goro quería llevarla al juzgado y que pagase el daño, pero yo conseguí calmarlo y que la perdonase porque me daba lástima... Pues en vez de agradecerlo la picarona el otro día en la fuente me tiró unas indirectas tan picantes... ¡Qué indirectas, hija mía!... Que si yo era una holgazana, una comedora, que hacía trabajar á mi marido como á un burro, que echaba sobre ti el peso de la casa... que os mataba de hambre mientras yo me comía á solas magras de jamón y torta... ¡No cómo me contuve y no la arranqué los pocos pelos que tiene en el moño!

Si la daba una torta, ella le devolvía tres; y era inútil que al regresar de la busca se comprase en las tiendas del Estrecho una buena vara de fresno o cortase un palo espinoso en cualquier vallado: equivalía a proporcionar armas al enemigo, pues la Borracha acababa por cogérselo, arreándole con él para que saliese de la taberna.