Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 23 de junio de 2025


8 miren al que hace el Arcturo y el Orión, y las tinieblas vuelve en mañana, y hace oscurecer el día en noche; el que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra; el SE

A primera vista, en el fondo no hay más que tinieblas; pero nuestros ojos, acostumbrándose poco á poco á la obscuridad, distinguen luego una superficie de agua clara sobre un lecho de arena. Además, puede descenderse al pozo, y yo soy uno de los que han tenido ese placer.

Lo que más tememos en ella es el dolor que la acompaña o la enfermedad que la precede. Pero ya no es la hora del juez irritado e incognoscible el objeto único y espantoso, el abismo de tinieblas y de castigos eternos. Nuestra moral ¿es menos alta y menos pura desde que es más desinteresada? ¿La humanidad ha perdido un sentimiento indispensable o precioso perdiendo un temor?"

Puede ser que nos el hilo para saber quiénes son esas personas que han conspirado con tanto éxito contra él. De nuevo el monje volvió hacia sus penetrantes ojos obscuros, esos ojos que en las tenues tinieblas de San Frediano parecían tan llenos de fuego y también de misterio. No contestó, en un tono duro y decisivo. No tengo permiso para decir nada.

18 Y en aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad, y de las tinieblas. 19 Entonces los humildes crecerán en alegría en el SE

18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya es condenado, porque no creyó en el nombre del Unigénito Hijo de Dios. 19 Y esta es la condenación: porque la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz; porque sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece a la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean redargüidas.

Después de sus grandes guerras, la Francia tomó la iniciativa del nuevo arte de luces y de su aplicación en beneficio del género humano. Así desaparecieron las tinieblas de la faz de nuestros mares.

Y sin aguardar respuesta tomó la caja de cerillas de su mesa de noche é hizo brotar la luz. Al volver la cabeza dió un grito y se le cayó la cerilla de la mano. ¡! ¡! ¡! repitió con espanto en las tinieblas. ¡!... Yo soy, Soleá... ¡Perdóname que haya dado este paso!... El cariño que te tengo me ha vuelto loco...

»¡Qué horas las de aquella noche, Dios mío! ¡Y yo que, muy pocas antes, esperaba encontrar en ellas los más regalados sueños de mi vida! »¡Que pesara..., que midiera!... Y ¿en qué otra cosa que en pesar y en medir lo que mi madre quería, podía yo emplear aquellos siglos de tinieblas en la tortura de mi lecho?

Cuando se halla un país en aquel crítico momento en que se acerca a una transición, y en que, saliendo de las tinieblas, comienza a brillar en sus ojos un ligero resplandor, no conoce todavía el bien, empero ya conoce el mal de donde pretende salir para probar cualquiera otra cosa que no sea lo que hasta entonces ha tenido.

Palabra del Dia

metropolitanos

Otros Mirando