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Actualizado: 13 de junio de 2025
35 Y después que le hubieron colgado del madero, repartieron sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta: Se repartieron mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes. 36 Y sentados le guardaban allí. 37 Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESUS EL REY DE LOS JUDIOS.
De todas suertes ella padecía mucho. Se le figuraba que toda la vida se le había subido a la cabeza; que el estómago era una máquina parada, y el cerebro un horno en que ardía todo lo que ella era por dentro. El pensar sin querer, contra su voluntad, algo complicado, original, delicado, exquisito, llegó a causarle náuseas, y se le antojó envidiar a los animales, a las plantas, a las piedras.
De todas suertes, Reyes tenía que contenerse para no abrazar al doctor; creía disparatadamente que el estar su mujer embarazada o no dependía de aquella discusión entre el médico y Emma; si Emma quedaba encima en la disputa, ¡adiós hijo!; si el médico decía la última palabra, parto seguro.
Paris desafía a Menelao, y luego se vuelve atrás; pero la misma hermosísima Helena le llama cobarde, y Paris, el príncipe bello que enamora a las mujeres, consiente en pelear, carro a carro, contra Menelao, con lanza, espada y escudo: vienen los heraldos, y echan suertes con dos piedras en un casco, para ver quién disparará primero su lanza.
Los caballos no pueden defenderse, porque si el toro no hallase donde cebarse y tirase siempre los derrotes al aire, concluiría por huirse, como es natural, y no se podría lidiar en las otras suertes.
La misma naturaleza enseña á todos los hombres, si quieren ser atentos en observar lo que pasa en su interior, que nada hay en su entendimiento que no haya tomado ocasion de los sentidos. En el exercicio de la Medicina tenemos todos los dias motivo de asegurarnos de esto en las varias suertes de males, en que se dañan los sentidos, y la razon.
Y contestando á vuestra pregunta, os diremos que nuestra profesión nos obliga á inventar y ensayar continuamente nuevas suertes, una de las cuales y de las más difíciles y aplaudidas habéis presenciado. Venimos de Chester, donde hemos hecho la admiración de nobles y plebeyos y nos dirigimos á las ferias de Pleyel, donde si no ganamos muchos ducados no nos faltarán aplausos.
13 Y echaron suertes, el pequeño con el grande, por las casas de sus padres, para cada puerta. 14 Y cayó la suerte del oriente a Selemías. Y a Zacarías su hijo, consejero entendido, metieron en las suertes; y salió la suerte suya al norte. 15 Y por Obed-edom, al mediodía; y por sus hijos, la casa de la consulta.
Las columnas lustrosas, talladas con mil suertes de primores, la roja colcha de damasco, las sábanas de singular blancura, las guarniciones de las almohadas, el reloj y la palmatoria que yacen sobre la mesa de noche, los cabellos dorados del joven y las paredes enjalbegadas, todo brilla, todo arde, todo lanza vivos destellos.
De todas suertes, ya la sermonearé bien para que le reciba a cajas destempladas, si él intentara... ¿Creerás una cosa? ¿Que esa mujer no me parece enteramente mala?». Podrá ser... Pero si usted hubiera visto la cara que me puso el otro día, una cara de rencor como usted no puede figurarse... Dice que después le pesó... ¡Bribona! exclamó Jacinta, frunciendo los labios y apretando los puños.
Palabra del Dia
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