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Actualizado: 6 de mayo de 2025
Asistía uno por uno a todos los dolores de Cristo, desde la memorable noche del huerto hasta el instante de cerrar los ojos para siempre entre dos ladrones, víctima de la perfidia de los hombres. Las sublimes palabras de perdón que al expirar pronunció, sonaban en sus oídos como una promesa del cielo y una esperanza de verle aún rodeado de gloria en la otra vida.
Dicho esto, besó a Luisa, y cogiendo de un brazo a Marcos Divès y del otro a Jerónimo, se dirigió a su casucha, seguido del resto de la comitiva, que repetía a coro los sublimes cantos del anciano.
Era un espectáculo tan romántico, tan soberanamente triste y elocuente, que sentímos nuestras almas conmovidas hasta lo mas hondo y soñamos despiertos durante horas enteras.! Qué de misterios penetra y analiza el alma, excitada por el sentimiento de admiracion, en aquellos momentos en que Dios se revela en sus sublimes obras y ningún rumor humano se interpone en medio del Creador y el hombre, del corazon y la naturaleza!
Así, este drama, á pesar de sus redundancias y del abuso que se hace en él de las apariciones, nos revela de la manera más brillante el estrecho enlace de la realidad ordinaria con los milagros más sublimes de la religión, medio eficacísimo, usado por los poetas españoles, para producir notable efecto poético, permitido por su fe y tolerado en el teatro. Antonio de Mendoza.
Con el ímpetu ascendente del musical deliquio, las pupilas habían subido a escondérsele detrás de las bambalinas de los párpados superiores; mostraba unos ojos blancos como los de las estatuas antiguas, y el alma en blanco también, al modo de página virginal que espera recibir con trazo indeleble los conceptos más sublimes.
Y fue y es la tal empresa la representación de las columnas de Hércules, con esta letra: Plus ultra; breves, elocuentes y sublimes palabras, que evocan en la mente de quien las lee la inmensidad del Océano, las islas y los continentes incógnitos, el nuevo mundo en suma, descubierto y dominado por la tenacidad, la osadía y la ventura de los hijos de Iberia.
Pero ¿qué mucho si el mismo amor mal pagado suele ser causa de ventura y de gozo íntimo para el amante que prefiere amar, aun sin correspondencia, a que se desprenda y aparte el amor de su alma, dejándola solitaria, seca y vacía? Queda, pues, demostrado así que todo es egoísmo, si bien es fuerza convenir en que hay egoísmos sublimes y merecedores de perpetua alabanza.
¡Bien calculó el maligno Celemín lo que había de ocurrir, y cómo la caballeresca escena cambiaba de carácter y adquiría torpe sentido con sólo disponer los combatientes en la forma antedicha y rasgar oportunamente la trasera de unos gregüescos! Las más sublimes escenas de Shakespeare se hubieran descompuesto en esta piedra de toque.
Por lo demás, el socialismo, salvo que hasta hoy no es más que un conato, un desideratum, una aspiración, es, según algunos, esto es, será con respecto a la empírica y pedestre Economía Política, lo que son las matemáticas sublimes con respecto a las cuatro reglas de la Aritmética.
Era un aliento vivo y poderoso que ensanchaba su corazón y lo inundaba de sentimientos vagos y sublimes. Ni uno ni otro hablaron. Gozaban contemplando la majestad y grandeza del océano con un sentimiento humilde de su pequeñez y con vago deseo de participar de su fuerza sagrada e inmortal.
Palabra del Dia
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