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Actualizado: 22 de mayo de 2025


Déjate de tonterías replicó ella apoyando los codos en la reja interior y sosteniendo la cabeza entre las palmas de las manos, actitud de aburrimiento que tomaba siempre que estaba largo rato en el locutorio . ¡Ay, Miquis, esto es morir! Con tu permiso, eso es vivir. ¿Pues qué creías ?... La vida toda es cárcel, sólo que en unas partes hay rejas y en otras no.

Muy opuestas fueron, en verdad, las opiniones de los individuos de la junta, y mucho se habló y escribió sobre esto, creyendo unos que debía mantenerse la prohibición, y sosteniendo otros que bastaba vigilar con mayor cuidado las representaciones, y abolir algunos abusos.

No puede ser más decisiva la confirmación que hace Morgado de los conceptos que venimos sosteniendo, pero véase también como aun los sevillanos no perdian la costumbre de las moriscas «gelosias».

Pasaban los camareros sosteniendo con ambas manos vasijas de metal, de cuyas bocas surgían golletes de botellas entre pedazos de hielo. Sonaban incesantemente los estampidos del vino espumoso. Muchos se creían en una posición equívoca si no acompañaban su comida con champaña en esta noche de fiesta.

No iba el cura por culpa de la impiedad con que allí se hablaba; pero iban el médico, dos o tres concejales, el propio señor alcalde, varios de los mayores contribuyentes y don Pascual, el maestro de escuela. Don Policarpo comentó el sermón de aquel día con maliciosa agudeza, sosteniendo irónicamente que el padre tenía razón. Si, señores dijo ; ya no hay bienes de la Iglesia que repartir.

María de Freneuse apareció entonces y sosteniendo á su madre, que temblaba de emoción, le ayudó á subir los escalones que conducían al puente. Bien venidas, señoras, dijo Cristián descubriéndose. Se espera aquí con febril impaciencia su llegada...

No prevaleció la opinión, sosteniendo, con Orsini, Juan Andrea Doria la suya, de que no teniendo el Rey Católico otra escuadra, era necesario ante todo conservarla para que junta con las galeras de España tuviera en respeto al gran turco.

Pero en lo que más se placía su alma fervorosa era en acudir prontamente al lado de los moribundos, en permanecer clavado junto a su lecho, exhortándoles al arrepentimiento, sosteniendo su confianza en Dios hasta que exhalaban el último suspiro.

Un retrato al óleo, de tamaño natural, llenaba todo un lado del despacho. El marqués aparecía en el lienzo de pie, vestido de frac, con todas sus condecoraciones, apoyando un codo en la chimenea de su salón y sosteniendo con la diestra mano su frente cejijunta cargada de pensamientos. Una obra maestra.

En un magnífico lecho, que por muchas señales demostraba ser un lecho de mujer, y de mujer galante, hundido en los colchones, medio sepultado en las almohadas, revuelta la cabellera, caladas las antiparras, sosteniendo un libro en folio, leía Quevedo.

Palabra del Dia

bagani

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