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Actualizado: 13 de julio de 2025
Después vino al castillo á reñir con el Gobernador Olivera y el Castellano, exhortándoles lo mismo. Si los Oficiales tuvieran el ánimo y determinación deste clérigo, no viniéramos á lo que hemos venido. El Capitán Pedro y el Secretario Alarcón fueron en una barca á las galeras, donde llevaron agua y bizcocho y los remos y velas de una fragata.
Penetrado Su Magestad de esta obligacion, no cesa, por espacio de tres siglos, de hacer lo posible en cumplirla, ya despachando continuas cédulas á los Vireyes y Gobernadores, exhortándoles á lo mismo, y prometiéndoles favores á los que se esmerasen en este tan cristiano celo; ya premiando colmadamente á los que en este punto se han adelantado, como se puede ver en las historias de este Nuevo Mundo; ya enviando continuamente ministros evangélicos á su costa, y señalando en casi todas las provincias buen número de soldados que les sirvan de escolta en sus ministerios.
Al principio se negó resueltamente, exhortándoles á sufrir aquellas incomodidades y trabajos por amor de Dios; mas no cesando las palabras, los lamentos, las quejas y aun también las amenazas de dejarle sólo á la discreción de tantos bárbaros que habitaban á lo largo de la costa, le fué necesario condescender con ellos.
Ambos, después de su muerte, se aparecieron vestidos de los ornamentos sagrados y cercados de mucha luz á sus bárbaros matadores reprendiéndolos su maldad y exhortándoles á que trajesen á su tierra nuevos Jesuitas que los instruyesen en la fe de Cristo.
Acto continuo repartió las perras, que iba sacando del cartucho una a una, sobándolas un poquito antes de entregarlas, para que no se le escurriesen dos pegadas; y despidiéndose al fin de la pobretería con un sermoncillo gangoso, exhortándoles a la paciencia y humildad, guardó el cartucho, que aún tenía monedas para los de la puerta del frontis de Atocha, y se metió en la iglesia.
Pero en lo que más se placía su alma fervorosa era en acudir prontamente al lado de los moribundos, en permanecer clavado junto a su lecho, exhortándoles al arrepentimiento, sosteniendo su confianza en Dios hasta que exhalaban el último suspiro.
Palabra del Dia
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